Curso: «Lo trágico en la adolescencia»

PROFESOR: Mario Elkin Ramírez.

PROTOCOLO DEL CURSO DEL DÍA 09 DE JUNIO DE 2015 

REALIZADO POR: Lina Marcela Cardona Cardona.

Se inicia esta sesión con una reflexión por parte del profesor del tema tratado en la clase anterior, donde nos cuenta que Rousseau en su obra “El Emilio”, mostró por primera vez al adolescente, el personaje Emilio pasa por diferentes etapas. En Emilio se inspiraron luego la pedagogía infantil y la educación, escenarios donde aparece la preocupación de que el adolescente llegue a tener relaciones sexuales con mujeres antes de que se forme en él un estado de moralidad y responsabilidad, la adolescencia es lo que él llama ‘el segundo nacimiento’ o un despertar.

Así mismo, argumenta que en “Metamorfosis de la pubertad”, de Sigmund Freud, la adolescencia no es tomada como una carencia o un adolecer, pero que generalmente se presenta una confusión entre doleo (falta) y oleo (alimentar, crecer); Pero el adolescente no carece, por el contrario, en esta etapa adquiere algo, hay un más, un plus en esa metamorfosis. Seguido a esto, relata como Freud al argumentar que los niños tienen sexualidad genera un escándalo, pues esta categoría no ha existido siempre, ya que en el Antiguo Régimen estos eran pensados como adultos pequeños que trabajaban, eran criados por los siervos y después de cierto tiempo, se realizaba un ritual en el cual eran integrados a la sociedad.

Ahora bien, luego de la revolución francesa en el nuevo régimen, aparece la necesidad de darles un valor agregado, pues eran considerados como un objeto social valioso y el futuro de la sociedad, y por lo tanto, se implementa la educación como eje fundamental, y no es sino hasta comienzos del siglo XX que se comienza a pensar e implementar la legislación para esta población.

Seguido a esta introducción, toma la palabra el compañero Hander para explicarnos la “Metamorfosis de la pubertad”, que corresponde al tercer ensayo de “Tres ensayos sobre una teoría de la sexualidad” de Freud. Como primer elemento, decide hacer una contextualización general, haciendo énfasis en la pregunta ¿qué relación tiene el psicoanálisis con la juventud?, argumentando que el primero es una disciplina científica de los procesos psíquicos, dedicada a las profundidades del ser humano, y que extrae sus análisis de los acontecimientos cotidianos.

Posteriormente, nos explica que Freud con esta obra intenta en primer lugar derrumbar la concepción mítica y moral de la sexualidad, en segundo lugar, mostrar que la sexualidad si existe en la infancia y no solo en la pubertad, y en tercer lugar, realizar un estado de arte sobre los diferentes estudios científicos del tema, con el fin de analizarlos y dar una crítica.

Específicamente en este tercer ensayo, se define la adolescencia como un despertar, o periodo de resurgimiento de la sexualidad, pero con algunas modificaciones, y es en este proceso de transformación infantil, que se pone la sexualidad al servicio de la reproducción de la especie, y además, se da el crecimiento de los órganos genitales.

Así mismo, el compañero da un cierre explicando que los seres humanos recibimos estímulos constantes tanto internos como externos, específicamente por tres caminos: desde el mundo exterior, desde el interior del organismo y desde la vida anímica; y debido a estos estímulos, se produce una excitación y se busca una descarga.

Luego interviene el profesor quien recuerda a Estanislao Zuleta, la persona que introdujo el psicoanálisis en la Universidad en Colomba y formó una generación de profesores; también incentivó la teoría de la lectura, la cual argumenta que tiene unos momentos, siguiendo “Las tres transformaciones del alma” de Zaratustra según Nietszche: en primer lugar está el camello, en el cual se recomienda leer el autor en sus fuentes primarias, citar correctamente y no confundir la opinión propia con la del autor; luego el león, que corresponde a la crítica u objeciones, y por último, el niño, correspondiente al momento más importante, donde consigno mi punto de vista como lector; y la combinación de estos tres, da como resultado los ensayos.

Argumenta además, que Freud intentó buscar una forma de explicar la sexualidad sin que hubiese un prejuicio moral y social, y para esto se sirvió del instinto animal, dando una explicación de la diferencia entre instinto y pulsión. Se parte de que la sexualidad tiene 4 elementos: zona erógena, empuje, fin o meta, y objeto.

Por un lado, en los animales esto es algo cíclico, y temporal por medio de la ley del instinto, pues las hembras entran en celo hormonalmente estimuladas en las zonas erógenas, luego se produce un empuje a la satisfacción, donde se encuentra un objeto de satisfacción, y con esta, se consigue un fin o meta que sería la reproducción de la especie. Ahora bien, en los humanos la sexualidad es permanente y está transformado el instinto fundamentalmente por el lenguaje. Al contrario de los animales, los humanos encontramos diversidad de zonas erógenas, no sólo en los genitales sino en todo el cuerpo, también se da un empuje pero con un objeto y fin diferente, pues la meta no es la reproducción, en su mayoría corresponde a la obtención de placer; es aquí donde se da una de las diferencias más marcada entre animales y humanos.

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