CURSO: ADOLESCENCIA Y CRIMEN

PROFESOR: MARIO ELKIN RAMIREZ

ESTUDIANTE: Tania Franco.

FECHA DE LA CLASE: 28 DE MARZO DEL 2016, segunda parte

La clase inicia con la lectura del protocolo anterior y se procede con la exposición del capítulo “Análisis de un síntoma”, del libro Juventud Descarriada de August Aichhorn, éste capítulo se divide básicamente en los principios generales de la conducta disocial, un caso específico y el tratamiento para la conducta.

En el apartado se expone un caso clínico de un joven que roba a su hermana para comprarle unas cerezas a su madre por el cariño que sentía hacia ella, su madre lo lleva al reformatorio de August Aichhorn para que “lo encierren” porque dicha conducta era indebida, él no va por cuenta propia. Antes de iniciar la terapia con el joven, August Aichhorn le hace un par de preguntas a la madre sobre la relación con el esposo y se da cuenta que al momento de tener una discusión, él siempre se marchaba, más adelante se dará cuenta que esto influyó sobre la conducta de huida que tuvo el joven. Después de hacer esto inicia con él y le realiza preguntas sobre el cariño que siente por su madre, porqué cogió el dinero, qué lo impulsó a realizar esto, entre otras. August Aichhorn al realizar el análisis de este caso, explica que desde el psicoanálisis el hurto tendría otra razón más allá de la que el joven expone, pues pudo haber sido un acto inconsciente como el acto de imitación, él había huido porque su padre lo había hecho y porque sentía enojo con su madre puesto que le habían dado dinero a su hermana y no a él,  además de que ella lo juzgó por hacerlo. Él al realizar este acto estaba confrontando los problemas por los que estaba pasando. Para finalizar la exposición se habla sobre la necesidad de investigar más sobre la causa de la delincuencia, del comportamiento disocial y no solo por el comportamiento del niño y de los padres.

En este punto el profesor Mario Elkin Ramírez realiza su aporte acerca del texto y señala la posición interna de Aichhorn desde el nombre del capítulo, pues renuncia a dar una descripción fenomenológica de un caso. Lo que le importa a él es centrarse en el trabajo práctico debido a la cantidad de jóvenes y niños que se encuentran en el reformatorio por actos delictivos. Se podría decir que Aichhorn es el primero en humanizar al criminal, pues ahonda y diferencia el concepto “criminal” de las causas que pueden llevar a una persona a cometer un acto delictivo. Pues haber huido y robado no indica criminalidad, sino más bien un síntoma de criminalidad.

En el análisis de éste se toman en cuenta ciertos elementos como el complejo de intrusión, estudiado por Lacan; el joven sentía rivalidad con su hermana por las suelas que le había dado a ella y a él no, provocando un cierto odio, entran motivos generales y singulares. El complejo de intrusión se ve reflejado cuando nace la hermana y él deja de ser el centro de atención. El motivo por el que roba a su hermana es porque ella podía disfrutarlo y él no. Es importante señalar que los casos de rivalidad se remontan a lo más antiguo, ejemplos de esto serían Caín y Abel, el caso del rey Salomón, y muchos otros. La envidia no solo es querer el bien del otro, sino también querer destruir al objeto, llevado a éste caso específico, la intención no era gozar del dinero de su hermana, sino perjudicarla.

En relación con el padre, cuando él huía lo hacía por algunas horas y el joven notó como su madre estaba intranquila cuando sucedían estas cosas, al captar esto, se identifica con el padre y huye al lugar del trabajo del padre,  pues al estar enojado por la preferencia con su hermana, él “castiga” a su madre de forma inconsciente. Desde Aichhorn, el yo se configura por las identificaciones de sus padres o cuidadores en su infancia, la identificación es el mecanismo inconsciente mediante el cual el otro toma un rasgo y lo imita. Somos la síntesis de las identificaciones de las personas que nos han rodeado.

La actitud del joven es en general ambivalente, definido como el amor y el odio dirigido hacia el otro, una es consciente y la otra es inconsciente, en este caso hay dos tendencias la venganza por la preferencia y la ternura, estos dos elementos tuvieron como resultado el síntoma de huida desde el punto de vista tópico.

La sesión termina con un señalamiento del profesor acerca de porqué Aichhorn quería tratar los actos delincuenciales como síntomas neuróticos, que los actos criminales tienen un síntoma inconsciente y añade además, la humanización del criminal, pues es necesario buscar el trasfondo de los conflictos para conocer su posible causas.

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