CURSO: Sujeto, Memoria y Conflicto

DOCENTE: Mario Elkin Ramírez

ESTUDIANTE: Vannesa Monsalve

PROTOCOLO DEL: 06 de Septiembre de 2016

La clase inicia con la lectura del protocolo anterior, luego se se da paso a la exposición del capítulo “Después del horror” el cual corresponde al libro Amok, Violencia, Guerra del Autor Wolfgang Sofsky, esta es la última parte del texto y la socialización la hizo la compañera Juliana Galeano. Ella inicia puntualizando, que dicho capitulo esta dividió en los siguientes tres ítems: “represaría”, “olvido” y “después del horror”.

Para cada uno realizo la profundización adecuada que puede sintetizarse así:

Represaría:

Allí el autor se centra en la importancia de distinguir entre la venganza y el castigo, se entiende que la venganza se va manifestar como la materialización de lo que no se ha olvidado, ni perdonado; es una acción que no guarda las proporciones y se concreta con expresiones desmesuradas de violencia. Juliana comenta que tal es la potencia de la venganza, que suele transmitirse de generación en generación, creando enemigos perpetuos; es como una cadena o circulo de violencia de la que se hace difícil salir, están en juego cuestiones como el honor, la imagen o el estatus frente a la sociedad, el deseo de hacerse respetar y/o la necesidad de la justicia por mano propia.

La venganza es entonces  análoga al odio y se puede entender de la misma forma en que se comprende el agradecimiento, este sería lo bueno que no se olvida, en la venganza es lo malo que no se sana, pero además, requiere que la persona sobre la que se ejerza el ataque, sufra en demasía. En consecuencia la venganza puede darse por violencia directa o puede ser un imaginario que se planea y termina concretándose sin contención.

Por otra parte el castigo se reconoce entonces como la versión civilizada para saldar una falta cometida, es considerado la manera de borrar un delito, se ejerce en los tribunales e instituciones bajo el principio de equivalencia y compensación justa, está encaminado a reparar el crimen.

Olvido:

Tiene la función de liberar e implica despegarse de los recuerdos. El autor plantea que esto termina siendo más negativo que positivo para ciertas circunstancias, pues cuando recordamos se construye memoria, es decir, no se sepulta la historia social, así mismo enfatiza que hay situaciones en la cuales se hace casi imposible olvidar y son aquellas en  donde las huellas del sufrimiento han quedado inscritas en el cuerpo (heridas, mutilaciones, etcétera); a causa de estas se configura una conciencia de vulnerabilidad que introduce a la víctima en un pasado eterno, reacciona a imágenes, voces o sonidos modificando su experiencia de olvido.

A pesar del que el autor señala que la memoria social es trascendental y que se transmite a través del poder, la escritura y el culto, también reconocer que una sociedad sin olvido puede llegar ser insoportable, por que se vive el día a día rememorando hechos traumaticos, el olvido es entonces sanador y quita cargas, pero entiende que actos como los homicidios y los asesinatos son difícilmente olvidados del todo.

En este punto la compañera utiliza la estrategia de ejemplificar el tema con el tratado de paz que vive Colombia, lo cual resulta bastante ilustrativo, sobre todo por lo referente a la amnistía que es necesaria para evitar ciertas venganzas de las partes; también señala que para que las victimas puedan llegar al perdón o la idea de justicia, se debe ir más allá de lo meramente económico (que es tan común en el país) y que solo genera que se reprima el dolor.

Después del horror:

En esta última parte se hace énfasis en que después de las grandes guerras y masacres, las ciudades y la vida se hace encima de la muerte, se circula, se interactua, se come, se juega sobre terrenos donde hubo cuerpos, tumbas y sangre. Introduce la reflexión sobre cómo después del horror se construyen museos que no dicen nada de la historia social, objetos sin simbólica; la muerte no tiene un lugar y a veces solo se marcan con números los mausoleos, las huellas del dolor se vuelven un adorno de ciudad, la memoria tiende a perderse y la vida sigue sin molestia.

Con lo anterior la compañera termina su exposición y el profesor Mario Elkin Ramírez procede a profundizar en la temática del capítulo, lo primero que comenta es que la considero bastante rica para lo que plantea el curso, explica que desde el psicoanálisis el castigo es una justicia simbólica que acude a la espiritualidad y se considera como algo elevado. Se vence la pulsión, y aunque no es fácil, es el principio para vivir en sociedad, es decir, no todos contra todos en una guerra civil permanente. Dice que cuando el colectivo renuncia a la venganza, el crimen no queda en impunidad, sino que se confía en quienes tienen el monopolio para castigar y enmendar al que esta ofendido; es medir lo desmedido e implica que la pena sea equivalente en valor simbólico a lo cometido.

El profesor específico que estos hechos elevados, suceden en el marco de la modernidad, donde se crea un código sofisticado que no funciona con la muerte y la aniquilación, sino con la prisión, lo que va a mantener el lazo social y los principios de convivencia. Con la justicia el delito queda pago, y aunque el sujeto está marcado por el pasado eternamente, de manera abstracta hay una retribución. Se sabe  que no hay reparación de manera real, no se devuelven las vidas, lo que se da es una remuneración simbólica que apacigua la sed de venganza entre las partes, y además, es cobrado por una tercera persona. Así, pone el ejemplo de la función que cumple la ONU en la actualidad, dice que esta organización es considerada como mediadora,  es imparcial  y salda la falta que ninguna parte ha podido conciliar, lo hace a través de la palabra, pues la reparación nunca es material, solo puede ser desde el símbolo, entonces se realiza un acto performativo donde hay compromisos y juramentos, deberes y penas que humanizan y pacifican.

Sin embargo, plantea que siempre habrá algo irreparable, algo para lo que no se encuentra equivalencia, un hecho que se convierte en inolvidable, un algo frente a lo cual se produjo simbólicamente todo lo posible, ya solo queda seguir viviendo con ello, e intentar formas creativas de asumirlo.

En este momento de la clase se produce una nutrida discusión, pues el tema permite reflexionar sobre la coyuntura del país, las compañeras Manuela y Cristina hacen algunas preguntas e intervenciones respecto a la víctimas y las votaciones en el plebiscito, señalan  que las partes (estado, victimas, grupo armado), han cedido demasiado en los acuerdos, con el fin de que  se pueda llegar a términos aplicables. Lo que podría sugerirnos esto es que hay una voluntad manifiesta para la disminución de la guerra y los odios.

El profesor pasa a plantear la contraparte de lo que se entiende por castigo y justicia, es decir, la venganza, retoma del autor algunas características que le parecen importantes. Dice que la venganza no perdona, no olvida, propone contra-venganzas, es la contra-teoría del perdón, pero ese no-perdón es respetable, no se obliga, no se puede decretar, no puede imponerse, así pues, la renuncia al odio es considerada una grandeza a la que es difícil llegar, pero que tiene el potencial de frenar con la cadena de enemigos. Cabe señalar que dicho perdón debe ser sin olvido, no puede reprimirse por que tiende a regresar; el sujeto debe recordar pero sin rencor, tener memoria para hacer duelos psíquicos ante el vacío, trabajar en lo perdido sin eternizar los egos y el narcisismo (como sucede en el caso de Colombia).

Finalmente resalta la analogía que se hizo entre venganza y agradecimiento, expresa que se podría pensar la venganza como un agradecimiento negativo, una acción que se calcula, que se somete a la razón, que se encuba para dársela a alguien que lo merece; es vigilar al otro, es una forma de enamoramiento, literalmente dice que: “es un plato que se come frio” y concluye con esta frase: “cuando vayas a cobrar venganza cava dos tumbas, porque  no solo muere el otro, algo en ti también va a morir”. Se da por terminada la sección, no sin antes aclarar que los demás temas del capítulo serán abordados en otro momento con mayor detenimiento, además, se tratan algunas pautas respecto a las siguientes notas del curso, se concertan las formas en que se harán los trabajos, y se determinan los textos que se deben abordar.

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