Profesor: Mario Elkin Ramírez

Estudiante: Maria Alejandra Estrada Carrillo

La clase del viernes 3 de Mayo  se inició con la lectura de la relatoría de la clase anterior donde se recordó el tema de las condiciones del amor basadas en el texto de Freud: “Sobre un tipo particular de elección de objeto en el hombre” y se recuerda además, de manera breve, las distintas y posibles explicaciones que se dan alrededor del hipo de Aristófanes.

 Se retoma  la lectura del Banquete desde 174 A, allí Apolodoro cuenta que se había encontrado con Aristodemo quien le habló sobre su encuentro con Sócrates, que estaba aseado y calzado, cosa que era muy rara en él; Aristodemo le preguntó a Sócrates hacía dónde se dirigía, él le contestó que iba a casa de Agatón  a celebrar su triunfo y que por ello iba bien presentado, “para ir elegante donde un hombre elegante”, suponiendo esta expresión una ironía. Invita entonces Sócrates a Aristodemo al banquete de Agatón para que se diga entonces que los buenos van a comer con Agatón.

Se aclara  que el nombre de Agatón empieza con la partícula griega “Aga” que quiere decir los mejores. La virtud máxima que cultivan los griegos es  llamada “KALOKAGATIA” , Kalo se refiere a lo bello y Kagatia a lo virtuoso y elegante, se puede ver que la partícula Aga se encuentra en la palabra Kagatia, lo que haría de Agatón un hombre con estas cualidades y virtudes.

Continuando con el diálogo; Aristodemo acepta la invitación de Sócrates y le dice que él deberá hacerse cargo de ésta invitación porque si le preguntaban algo dirá que había sido Sócrates quien lo había llevado.  Cuando Aristodemo llega donde Agatón éste le da la bienvenida diciéndole que lo había estado  buscado para invitarle a su banquete; inmediatamente le pregunta dónde había dejado a Sócrates, él, Aristodemo apenas se daba cuenta de su ausencia así que Agatón envía a un esclavo suyo a buscar a Sócrates, y regresa con la noticia de que éste se encuentra afuera, absorto y se rehúsa a entrar, Agatón insiste en que Sócrates entre pero alguien le dice que lo deje tranquilo que debía  encontrarse reflexionando, se caracteriza así a Sócrates como el filósofo, el sabio.

A la entrada de Sócrates, Agatón lo invita a sentarse a su lado diciendo que de esta forma podría disfrutar de aquel pensamiento que se le había ocurrido cuando se encontraba afuera, a lo que Sócrates responde que de ser así; si la sabiduría se transfiriera por el contacto, pasando de lo lleno a lo vacío, estaría dichoso de hacerse al lado del hombre que había sido aclamado por miles la noche anterior. Aquí hay otra ironía por parte de Sócrates que elogia a Agatón siendo en realidad más sabio  él.  A partir de 186 C se hace un importante contraste: En el amor hay un orden que se refiere al vacío y la plenitud. Agatón llama exagerado a Sócrates por elogiarlo, llama exagerado al hombre que es conocido por su actuar mesurado lo que supone una ofensa porque declara a Sócrates fuera de sí.

Luego de haber estado discutiendo sobre una parte del banquete se hace la intervención por parte de un compañero sobre Fedro, quien es una de las personas que asiste a la celebración de Agatón, a partir  de lo expuesto sobre él, se procede a hablar sobre su participación en la obra y se retoma la lectura desde 176 A, donde Pausanías propone que deberían beber de la forma más cómoda posible, ya que la noche anterior lo habían hecho y no se encontraban en estado de volverlo hacer de la misma manera. Erixímaco también hace un comentario al respecto y declara que deberían beber con moderación a excepción de Sócrates. Cada uno ha de beber a su gusto y así mismo cada uno se hace responsable de su placer.

Comenzamos luego con el tema en cuanto a Fedro respecta, él se pregunta por qué ningún hombre se había atrevido a celebrar dignamente a Eros. Es Fedro, quien situado de primero, tiene la idea de hablar sobre Eros. Nadie ha logrado como Fedro que hagan por su causa tantos discursos. Fedro inicia su discurso remontándose a Hesiodo, el primer historiador de occidente, que dice que primero fue el caos y después vino el orden. Aparecen Eros y la tierra naciendo primero Eros siendo la primera impresión de la verdad el amor.

Suele acudirse a pensadores presocráticos, tal como lo hizo Freud que cita a Empédocles, quien apuntaba a una teoría que Freud apenas descubría, la teoría del caos y el orden  entendida por el psicoanalista como el odio y el amor. Empédocles creía en la transmigración de las almas, hablaba de un ciclo, Freud hablaba de una relación cíclica entre el amor y el odio.

A partir de Fedro se rescatan dos conceptos importantes: el amante y el amado que son llamados también Erastes y Erómenos en donde uno tiene más que el otro.

Aquí entra Freud a explicar la situación del amante y del amado desde su teoría acerca de la libido de objeto y la libido del yo, compara al yo con una ameba compuesta por núcleo, sustancia y membrana; cuando esta sustancia se expande para envolver a otros con sus pseudópodos su volumen nuclear se disminuye lo que se traduce en la pérdida del autoestima y cuando ocurre lo contrario nos encontramos con personas arrogantes y egocéntricas.

El amante está en una posición de desventaja ya que envuelve al amado con su libido narcisista convirtiéndose en libido de objeto. Se transfiere sobre el otro el amor, empobreciéndose a sí mismo; es así como se explica que todo amante hable en términos negativos sobre sí mismo mientras el otro, es decir, el amado tiene características positivas. El amante resulta humillado, es un esclavo, depende de que el otro le de valor a lo que él da.

El amante aspira a que el amado le corresponda y cambien los papeles; este es el engaño del amor, el amor tiene una estructura de engaño. El amante se encuentra con que no es correspondido, se engañó poniendo en el otro la libido de objeto y lo que ha de venir es el odio.

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