SEMINARIO DE CONCEPTOS I: EL INCONSCIENTE

PROFESOR: MARIO ELKIN RAMÍREZ

ESTUDIANTE: Sebastián Bedoya

FECHA DE LA CLASE: 24 DE MARZO 2017

  1. La represión

Se da inicio a la sesión de clase con el comentario del texto “La represión” escrito por Sigmund Freud en 1915. Se describe inicialmente por parte de Mario Elkin Ramírezl contexto social, político y económico en que es producido el escrito y, se hace hincapié en las contingencias vividas por Freud, su familia y el movimiento psicoanalítico a raíz de la primera guerra mundial.

En cuanto al escrito, se lo sitúa dentro de las obras producidas a propósito de la metapsicología, reseñando como existían tan solo algunas semanas de diferencia en su producción y como dichas obras constituyen un esfuerzo por parte de Freud en el intento por formalizar y sobre todo refinar los presupuestos básicos de su teoría.

La exposición del texto parte con la afirmación del autor respecto al lugar fundamental que ocupa la represión dentro del cuerpo teórico-práctico del psicoanálisis, señalando como su planteamiento está ligado estrechamente a los albores del psicoanálisis mismo en tanto el descubrimiento del fenómeno de la resistencia.

La represión es considerada uno de los destinos posibles de la pulsión y es descrita como mecanismo que opera como fuerza de choque entre una moción pulsional y resistencias que quieren hacerla inoperante a fin de mantenerla distanciada de la conciencia. La condición para que actué la represión es que el logro de la meta pulsional genere displacer en lugar de placer. (Freud, 1915)

Ahora bien, si se ha establecido previamente que la meta de la pulsión siempre es la satisfacción, se pregunta el autor la razón por la cual la moción pulsional es susceptible de tener dicho destino. A punto seguido responde indicando que la razón para que se presente tal situación reside en que el monto de displacer sea mayor que el placer que se obtendría con la satisfacción de la meta pulsional, esto en vista de que la satisfacción como tal de la pulsión sería “inconciliable con otras exigencias y destinos” (Freud. 1915 p. 142).

Se comenta el planteamiento en torno a los tres tiempos de la represión nominados respectivamente como represión primordial, represión propiamente dicha y retorno de lo reprimido. Aquí se hace énfasis en cómo Freud concibe dichos procesos a partir de la interacción que se genera entre la atracción que ejerce lo inconsciente y el rechazo proveniente de la conciencia lo que deja un alto esfuerzo y desgaste en términos energéticos.

La represión implica para Freud la construcción de lo que denomina formación sustitutiva sin que deba ser confundida esta con la formación del síntoma. Al respecto deja en claro 3 afirmaciones a saber: “1) el mecanismo de la represión de hecho no coincide con el o los mecanismos de la formación sustitutiva; 2) existen muy diversos mecanismos de la formación sustitutiva, y 3) los mecanismos de la represión tienen al menos algo en común, la sustracción de la investidura energética (o libido, si tratamos de pulsiones sexuales).” (Ibid p. 149).

A partir de lo anterior propone el autor analizar el mecanismo represivo presente en las Psiconeurosis planteando para ello ejemplos tomados de la experiencia analítica. De esta forma sitúa la particularidad de la represión en la histeria de angustia, la neurosis obsesiva y la histeria de conversión.

En este punto se toman algunos apartados del texto haciéndose claridad sobre la diferencia existente entre conceptos como formación sustitutiva, formación del síntoma, formación reactiva y formación de compromiso. Para ello el docente describe elementos que permiten entender los diferentes mecanismos presentes cuando se habla de uno u otro concepto dependiendo de la estructura clínica de la que se trate.

  1. “Gozar del inconsciente”.

Comentario del apartado “Un proceso de escritura”. Texto “Los signos del goce” Jaques Alain Miller

Se sitúa como el autor a partir del apartado mencionado introduce una concepción de Inconsciente diferente a la que hasta ahora se ha trabajado en el seminario. Para esclarecer tal punto inicialmente plantea el giro que lleva a cabo Lacan tomando el signo ya no de acuerdo a la teoría de Saussure -y la inversión que él mismo había propuesto- sino a partir de la concepción que de éste establece el lógico americano Pierce.

Partiendo de esto se describe como se trata entonces de dos planos enteramente diferentes para abordar el concepto de Inconsciente. En el primero, es decir, desde el plano significante, se trata de significantes que hablan entre ellos representando un sujeto para otro significante. Como ejemplo se establece el nombre propio en tanto que significante representa a un sujeto para otro significante, en este caso la ley civil.

A este abordaje le es subsidiaria la idea de que somos hablados por el inconsciente, idea que a su vez se distancia de la comprensión habitual propuesta desde las áreas de la comunicación en las que se describe al sujeto en tanto amo del lenguaje pues es él quien tiene el poder para emitir un mensaje. Se señala en este punto como tal abordaje del inconsciente se da a partir de lo planteado por Jaques Lacan en su texto “Función y campo de la palabra y del lenguaje en psicoanálisis”

El segundo plano por su parte, se propone a partir lo que se concibe con Pierce en tanto el signo representa algo para alguien. No se trata ya del significante sino del signo y a partir de esto hay algo que se modifica puesto que no se trata del inconsciente estructurado como un lenguaje sino que se hace necesario un paso más que se cristaliza con el escrito lacaniano “La instancia de la letra en el inconsciente”. De esta manera se alude no a un sujeto que es hablado sino a un sujeto en el cual algo se escribe, es decir, como pasa por la letra y no únicamente por la palabra.

El signo concebido a partir de Pierce es utilizado por Lacan para referirse al síntoma. Ya no basta para la descripción y tratamiento de éste la teoría del significante, ésta era útil para entender formaciones como el chiste y el sueño por ejemplo, pero no para abordar desde el campo clínico el síntoma y su estructura. Se trata del síntoma como algo para alguien y cómo ese algo habla por el sujeto pues se escribe en el cuerpo y otro lo identifica, lo asume como un signo de algo, pero el sujeto mismo no lo reconoce. Si bien hay una dimensión significante del síntoma puesto que es posible hallar en él un sentido, también existe una dimensión que el lenguaje no logra capturar y se escapa a la significación.

Derivado de lo anterior Lacan opone la noción de clásica de la interpretación como lectura a la concepción de desciframiento en tanto este último implica des-cifrar un mensaje que ha sido escrito, es decir, cifrado. La cifra se lee. Se trata entonces de algo que implica un más allá de la interpretación en procura de un sentido; se procura más bien capturar el saber inconsciente en términos de goce, en términos de letra que escribe una satisfacción en el cuerpo y cuyo significado escapa al sujeto mismo en tanto no aparece, no es asequible siquiera para él mismo por medio de la palabra. Esa letra configura un algo único para el sujeto que no se logra aprehender a partir del sentido que implica la palabra.

Tal viraje en la teoría marca una orientación que implica mayor profundidad en cuanto a la concepción del síntoma en la clínica toda vez que no basta ahora con preguntarse en términos de sentido, qué significa, con qué se asocia o qué quiere decir el síntoma sino más bien -en términos de goce- qué se goza en el síntoma…

Bibliografía

Freud, S. (1915). La represión. En Obras completas. Tomo XIV. Amorrortu editores. 1976. Buenos Aires.

Miller, J.A. (1998). Los signos del goce. Paidós.

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