CURSO: ADOLESCENCIA Y CRIMEN

PROFESOR: MARIO ELKIN RAMIREZ

ESTUDIANTE: DANIELA URIBE MESA

FECHA DE LA CLASE: 7 DE MARZO DEL 2016

 

A partir de la lectura del protocolo realizado el día 2 de marzo fue necesario profundizar en algunos aspectos contenidos en este:

  1. En la psicología del colegial Freud plantea que el mecanismo fundamental que puede explicar la relación ambivalente entre el alumno y el maestro es la identificación; retomando lo anterior en 1921 Freud desarrolla un ensayo llamado “psicología de las masas y el análisis del yo”, aquí Freud expone como desde la identificación se conforman masas artificiales, siendo éstas toda configuración humana que tiene una duración en el tiempo, tomando como ejemplo los ejércitos y las iglesias.

El contexto en el que se escribe este ensayo data del final de la Primera Guerra Mundial, en esta época  se comenzó a formar el nacional-socialismo  que después iba a derivar en el nazismo, liderado por Adolf Hitler, éste aprovecho el descontento que tenía la población alemana para hacerse de un gran número de simpatizantes; a raíz de lo anterior Freud se pregunta cuál es la constitución psíquica de la masa, entiendo masa como una multitud ordenada, no espontánea. Freud se da cuenta de que a manera de residuo del complejo de Edipo, en cada persona surge el Súperyo, o el ideal del yo, que es una instancia interior que en principio anuda el deseo a la ley, es decir, cada yo tiene un pequeño ideal.

Aparece en un momento dado un líder, en esta figura muchos comienzan a identificarse y a hacer parte de la masa, esto se produce porque se cambia el ideal del yo propio por la figura del líder, entonces el líder pasa a ser el ideal de cada miembro de la masa, por ejemplo, las personas que conforman un ejercito piensan que cada uno de ellos debería ser como el general y por esto lo admiran y lo siguen ciegamente, cómo el enamorado; en otras palabras, surge un enamoramiento hacia el  líder y en la medida que todos tienen la direccionalidad de su ideal hacia éste, entre ellos se configura una relación que depende de la relación con el líder, es decir, todos los que aman al líder terminan siendo camaradas. Entre ellos hay vínculos amorosos donde se reconoce al líder como un común.

Al relacionar todo lo anterior con la criminalidad se puede dar cuenta de la forma en cómo se constituyen las bandas delincuenciales, pues en estas ciertos individuos ponen al líder de la misma dentro de su ideal llevándolos este por un súper yo obsceno, mientras que el colegial coloca allí al maestro y este trata de regular para que el muchacho consiga una reconciliación con la autoridad orientándolo.

  1. A la par de “la psicología del colegial” emerge un texto de gran importancia llamado “Tótem y tabú”, allí Freud retoma el mito darwiniano sobre la conformación del primer grupo social, Freud repiensa esto, identificando a la horda primitiva donde después de varios ensayos un individuo logra controlar a sus pares mediante la fuerza, dejando de ser igual a estos y por consiguiente superior; dentro de la horda aquellos que no se dejaban dominar eran exiliados, en determinado punto los exiliados se reunieron para matar al individuo dominante, posterior a su asesinato lo comieron para tener propiedades de éste pues, a pesar de su odio hacia él, también sentían una profunda admiración, sin embargo, se generó en los asesinos un sentimiento de culpa, pues el individuo asesinado regreso a ellos en forma de sueños, siendo tomando lo anterior como una manera de tormento por parte del asesinado. Para poder exorcizar la figura de los sueños se realizó un pacto donde no se volvería a matar, ni a recurrir al canibalismo, ni al incesto pues, al dejar de existir el individuo dominante, alguno tendría que ocupar su rol y sufriría su mismo destino; vinculando lo anterior con la criminalidad en la adolescencia se tiene que, en un primer momento, el adolescente criminal se identifica con el jefe de la banda como si fuese el padre primordial, cuya palabra es ley, tienen una necesidad de trabajar con él y ser como él, empujando a los adolescentes a cometer asesinato o suicidio.

Al finalizar la profundización frente al protocolo se desarrollaron dos exposiciones retomando apartados del libro “tres ensayos sobre la teoría sexual”, estos fueron:

  • La barrera del incesto: Se implantan en el niño preceptos morales que excluyen expresamente de la elección del objeto a los parientes consanguíneos y a las personas amadas desde la niñez, pero la elección del objeto se consuma primero en la representación y es difícil que la vida sexual del joven que madura pueda desplegarse fuera de las fantasías, o sea, representaciones no destinadas a ejecutarse. A raíz de estas fantasías, vuelven a emerger en todos los hombres las inclinaciones infantiles, la moción sexual del niño hacia sus progenitores son casi siempre ya diferenciada por la atracción del sexo opuesto; La del varón hacia su madre y la de la niña hacia el padre. Al mismo tiempo se da en esta etapa el desprendimiento de la autoridad de los padres; hay algunas personas que nunca superaron la autoridad de los padres y no les retiraron su ternura; son casi siempre muchachas que conservan plenamente su amor infantil mucho más allá de la pubertad.
  • Efectos posteriores de la elección infantil de objeto: Aunque se intente alejarse de la fijación incestuosa de la libido nunca se logra por completo, de esto deriva que el primer enamoramiento serio del joven frecuentemente se dirige a una mujer madura y el de la muchacha a un hombre mayor dotado de autoridad; pueden revivirles la imagen del padre y de la madre.
  • Prevención de la inversión : El gran poder que previene una inversión permanente del objeto sexual es, sin duda, la atracción reciproca de los caracteres sexuales opuestos; en el caso del varón, cabe suponer que su recuerdo infantil de la ternura de la madre y de otras personas del sexo femenino de quienes dependía cuando niño contribuye enérgicamente a dirigir su elección hacia la mujer y que al mismo tiempo el temprano amedrentamiento sexual que experimento por parte de su padre, y su actitud de competencia hacia él, lo desvían de su propio sexo, Pero ambos factores valen también para la muchacha, cuya práctica sexual está bajo la particular tutela de la madre . El resultado hostil con su mismo sexo, que influye decisivamente para que la elección de objeto se haga en el sentido considerado normal.
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