CURSO “LO TRÁGICO EN LA ADOLESCENCIA”.

PROFESOR: Mario Elkin Ramírez.

PROTOCOLO DEL DÍA 23 DE JULIO DE 2015

REALIZADO POR: Laura Villegas Grajales

Se inicia la sesión exponiendo el parágrafo de las zonas rectoras en el hombre y  la mujer del texto tres ensayos de la teoría sexual de Freud. El profesor citando al autor expone que él en este apartado agrega algo en relación a la niña, en ella la zona erógena rectora se sitúa en el clítoris y es homóloga a la zona genital masculina. Freud estudia la diferenciación entre hombre y mujer desde el plano físico sosteniendo que el niño varón se inclina amorosamente a la madre dado los cuidados que recibe de esta, mientras que en la niña aun teniendo los mismos cuidados,  se genera una diferencia.

Para la niña instalar el Edipo y constituirse como mujer debe pasar por unos cambios más exigentes desde el punto de vista psíquico. Ella cambia de objeto, pasa de la madre al padre,  en el caso del varón el complejo de castración hace que renuncie a la madre para aspirar a amar a otra mujer, el niño  pudo haber recibido una amenaza de perder su órgano al conocer el de la niña  interpretando eso como que a ella se lo cortaron poniendo en evidencia la amenaza de perder su órgano, siendo el miedo a la castración el motivo por el cual el niño renuncia a la masturbación y sale del Edipo, pero en la niña sucede lo contrario ya que ella entra en el Edipo a partir de la castración.

La niña al descubrir el órgano masculino da una interpretación imaginaria de que a ella su madre no se lo dio y comienzan los reproches, pasando de la madre al padre como objeto de amor y aspirando a que el padre repare ese daño. Se da un cambio de objeto y de sexo. Freud plantea que además para que en la niña haya una conquista de feminidad debe haber un cambio de zona erógena, se pasa del clítoris a la vagina como zona erógena rectora mientras que para el niño es la zona fálica.

Freud plantea que la sexualidad clitoridiana entra a jugar un papel igual de importante al de la sexualidad vaginal pensada en términos de la zona rectora de la reproducción. Continúa el profesor argumentando que a partir de las conquistas feministas se pone en cuestión la idea de la sexualidad femenina que Freud tenia donde la realización de la feminidad era la maternidad. A finales del siglo XIX y finales del siglo XX una mujer se realizaba como tal cuando se hacía madre pero hoy ser madre no es un destino sino una elección, gracias a los métodos anticonceptivos.

El autor en el texto plantea que si se quiere comprender el proceso por el cual la niña se hace mujer también es necesario preguntarse por cómo se hace hombre el niño. Un niño se vuelve hombre en su interacción con otros hombres, ya que tratan cuestiones que no hablan con sus padres debido a que en la adolescencia se desdibuja la autoridad paterna dándose así la separación de los padres y el encuentro con los pares, con quienes tratan los misterios de la generación.

Por su parte, las niñas en algún momento pueden llegar a hablar de esos temas, pero como se evidencia en una de las piezas de la obra, Wendla no cree en nada de los cuentos de la cigüeña, para ella es un misterio saber de dónde vienen los niños por ello decide preguntarle a su madre poniéndola entre la espada y la pared al manifestarle que si no le responde irá a preguntarle a un hombre; ésta horrorizada le responde en términos de amor y no de sexualidad.

Los niños se cuestionan sobre esto cuando se ve amenazado su paraíso con el nacimiento de otro niño que representa una conmoción para el que está allí y vive lo que Lacan llama: “El complejo de intrusión” porque quien llegó es un intruso que viene a disfrutar del amor de sus padres y es a partir de ese sufrimiento que el niño se pregunta por el nacimiento de otros niños

Volviendo al texto, Freud dice que hay mayor complejidad en la constitución de la sexualidad femenina que en la masculina. Si se quiere comprender el proceso por el cual la niña se hace mujer es necesario entender que las mujeres son más propensas a los fines pasivos haciendo que la complejidad sea mayor porque hay más represión sobre la sexualidad clitoridiana, sobre todo cuando la sociedad machista las prefiere tímidas, sumisas y  maternas, porque cuando aparece lo que no es materno aterroriza y hay que mantenerlas controladas, cuando se comporta como madre todo está bien, pero cuando se comportan como mujeres es inquietante.

Continuando con el parágrafo, se plantea que la mujer no solamente cambia de zona erógena sino que también reprime la masculinidad que hay en ella, al estar sometida a la represión el hombre necesita más esfuerzo para ir a la conquista, para vencer las represiones, para enseñarle la sexualidad, el mundo y la vida. Ahora eso ha cambiado, las mujeres están empoderadas de su dimensión de mujer son menos reprimidas menos cohibidas y son ellas quienes andan incluso en la conquista.

Para finalizar, el profesor cita a Freud para explicar cómo la represión sexual puede inhibir el placer ya que algunas mujeres no lo encuentran y reflexiona sobre la crianza de las niñas basada en cuentos principescos y la de los niños basada en el modelo de playboy donde el énfasis no es el amor sino es el sexo, dándose un mal entendido en la moral sexual cultural donde las mujeres aspiran al amor y los hombres al sexo. Este es el horizonte que permite pensar para el próximo encuentro el hallazgo del objeto.

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