Los inicios
Nació el 7 de abril de 1961 en la ciudad colombiana de Medellín. A los 18 años se inició en la lectura del psicoanálisis, al ingresar en algunos grupos autodidácticos que funcionaban en su ciudad natal.
En 1971 aparece la primera edición en español del Diccionario de psicoanálisis de Laplanche y Pontalis. A mediados de 1973 se constituye en Medellín un grupo de estudio de ese texto, tomando en serio y a fondo la recomendación de los autores de utilizarlo como documento, asimismo que como instrumento de trabajo. En 1979 Mario Elkin Ramírez ingresó a dicho grupo.
Para cumplir la consigna aprender enseñando se elaboraron lo que en la época se llamó “series conceptuales”; es decir grupos lógicos de conceptos tomados del Diccionario de psicoanálisis y ordenados de acuerdo con los puntos de vista de la metapsicología freudiana. Para dicha ordenación se tomó la guía de referencias internas en cada concepto se hace a otros conceptos, se trataba también de clasificar un orden para estas relaciones, de modo que se privilegiaran los conceptos en relación al punto de vista metapsicológico al cual se pretendía integrarlos y de manera tal que también se presentaran en una secuencia coherente con una preocupación pedagógica. De esta forma, se concibieron las series de los puntos de vista tópico, dinámico y económico e igualmente de la psicosexualidad. Cada serie reunía aproximadamente cincuenta conceptos, y finalmente pueden ser consideradas como maneras temáticas de leer el Diccionario.
Así, en diferentes sitios de la ciudad, a horarios diferentes, distintas personas se reunían en función del estudio de una serie conceptual y al mismo tiempo, de un texto o un problema en las obras completas de Freud.
El acento se ponía en la formación teórica de la enseñanza del psicoanálisis; como no había las condiciones, nunca se pretendió integrar la dimensión terapéutica, ni personal, ni grupal.
Los participantes de estos grupos eran estudiantes de bachillerato y universitarios de diversas orientaciones; pero también los grupos eran abiertos a todas las personas que quisieran participar.
Toma de posición frente a los orígenes
En 1982, una ruptura establece dos direcciones independientes. Jaime Burgos, Héctor Gallo y Mario Elkin Ramírez establecieron una de esas direcciones y entonces dieron prioridad a la escritura en una línea estrictamente psicoanalítica.
La idea de elaborar algunos conceptos psicoanalíticos había madurado después del tiempo de lectura y transmisión del diccionario y después de haber hecho varias veces el recorrido completo de las Obras completas de Freud.
Se encontraron algunas insuficiencias en el Diccionario de psicoanálisis, a partir de las cuales se formularon tres hipótesis. En el primer lugar se verifica la ausencia de varios conceptos necesarios para la comprensión de diversos problemas del psicoanálisis, en lo que se señala una falta de una elaboración más exhaustiva en la obra de Freud; tal es el caso de ilusión, delirio, alucinación, dolor. En segundo lugar, hay conceptos rigurosamente construidos por los autores a partir de los textos de síntesis de Freud, pero tales conceptos aparecen también en otros textos freudianos que los autores no retuvieron. Esta laguna, presenta el riesgo de conducir a una cierta parcialidad de juicio, a posibles errores de interpretación o a un desconocimiento por omisión, por ejemplo en conceptos como descarga, par antitético, censura entre otros. En tercer y último lugar, se reconoció que en la elaboración de conceptos fundamentales, Laplanche y Pontalis realizaron un trabajo satisfactorio que, sin embargo, por el carácter obligatoriamente abierto del problema conceptual en psicoanálisis se hicieron necesarias nuevas formulaciones teóricas a veces divergentes con los autores; el concepto de Alteración del yo es el caso más evidente en ese sentido.
Esta labor fue realizada en 1982-1983 y aumentaba el diccionario en cincuenta conceptos más. Empero, por su procedimiento, reflexión y formulación el trabajo tomó otra forma inconciliable con la unidad metodológica que requeriría un supuesto “Apéndice al Diccionario de psicoanálisis”, se decidió entonces independizar el trabajo de la tutela del mismo y nombrarlo Estudios con relación al síntoma en la obra de Freud.
Viaje a Europa
Entre tanto, Mario Elkin Ramírez cursó estudios de Sociología en la Universidad Autónoma Latinoamericana de Medellín y luego, en 1985, a los 24 años viajó a la ciudad de París.
En la ciudad luz, realizó una Maestría en Psicoanálisis (Diplôme d’Études Approfondies) y un Doctorado de Facultad (Diplôme Superieure de Recherche) en Psicoanálisis y Campo Freudiano, en el Departamento de Psicoanálisis de la Universidad de París VIII, (Saint Denis).
Sus trabajos de grado fueron dirigidos por el profesor Serge Cottet y sostenidos públicamente ante Colette Soler, Pierre Bruno y el Director. Asistió además a los cursos de Jacques Alain Miller e inició su análisis con Eric Laurent, todos ellos alumnos de Jacques Lacan reunidos en la Escuela de la Causa Freudiana. El último año de su estadía en París fue catedrático (chargé de cours) en la Universidad de Paris VIII a propósito de su tesis.
El retorno
Al retornar a su país en 1991, a los 30 años, participó en las Agrupaciones asociadas al Campo Freudiano en Colombia, y publicó el sus trabajos de grado y una recopilación de sus artículos previamente difundidos en revistas locales, bajo la forma del libro: Develamientos del fantasma y otras lecturas lacanianas.
En el prólogo dice: hace poco más de diez años (1981) Jacques Lacan distinguía en Caracas sus alumnos de sus lectores. Los primeros fueron aquellos que Lacan formó personalmente, no sólo en su seminario, sino esencialmente en su diván. Pero también se interesó en sus lectores, a quienes como tales, les confirió un lugar en el porvenir.
Esto dice que, hay al menos dos encuentros posibles con Lacan: a través de sus textos y a través de la formación que transmitió a sus “alumnos-analizantes” y permite hablar con propiedad de un análisis lacaniano.
Bajo el título general de lecturas lacanianas, he querido ofrecer una recopilación de artículos en donde, a pesar de su relativa heterogeneidad debido en parte al tiempo transcurrido entre unos y otros, puede encontrarse una cierta continuidad hasta el punto de que podrían no ser más que diferentes tentativas de responder a una sola pregunta.
Todos los artículos están guiados por una referencia a Lacan, desde los primeros en el tiempo, los de la risa, en los que se percibe una aproximación puramente teórica, tímida, cautelosa e incluso desconfiada a sus ideas; hasta los últimos, primeros en el texto donde, sobre la base de datos clínicos pretendo ilustrar un punto: la emergencia del sujeto, o una elaboración acerca del tema de los últimos Encuentros Internacionales del Campo Freudiano; los otros son una transición: lo recuperable de una tesis de Doctorado sobre los Develamientos del Fantasma fundamental, la preocupación por la formación del analista y por una posible clínica de la agresividad.
De algo de los dos encuentros con Lacan he querido testimoniar. El de sus textos produjo comentarios con el deseo de simplicidad en la explicación de una referencia o de un escrito suyo. Del otro encuentro, el de su estilo transmitido en un análisis, ha sido también mi apuesta el dar cuenta, pues el deseo de Lacan se inscribe en la ética del analista cuando pide formalizar lo que pasa en la clínica y transmitirlo.
La reflexión entre el psicoanálisis y la educación
Por esa misma época de su regreso de Europa, inició su consulta particular y un trabajo clínico en una institución para niños con dificultades en el aprendizaje. De esa experiencia luego pudo publicar un nuevo libro: Psicoanálisis con niños y dificultades en el aprendizaje.
Este texto se constituye desde dos perspectivas: la investigación de los conceptos de la clínica estructural del psicoanálisis; la labor clínica y la experiencia del autor en una fundación para niños con dificultades en el aprendizaje. En este sentido este libro es un aporte a dos debates: uno que se libra en el psicoanálisis mismo sobre el psicoanálisis con niños; y el otro, el del problema de la aplicación de los conceptos psicoanalíticos en la escuela.
En consecuencia, este trabajo se dirige tanto a estudiantes y profesores de psicoanálisis, como de pedagogía, reeducación y educación especial. También a las familias que tienen niños con estas dificultades.
El autor se ha esforzado por presentar un trabajo que conduzca desde el rigor conceptual –explicado con la mayor sencillez posible- hasta el ejemplo de la clínica psicoanalítica, y desde el problema pedagógico concreto hasta el debate ético, epistémico y político que implica.
Dicho texto fue publicado por la editorial de la Universidad de Antioquia en el año 2003 y luego ha sido reeditado en el 2007.
Desde entonces mantiene una reflexión permanente sobre los aportes posibles del psicoanálisis al acto educativo.
En el año 2000 la Asociación Mundial de Psicoanálisis fundó la Nueva Escuela Lacaniana, con un funcionamiento federativo en varias ciudades de América Latina, entre las cuales Medellín. Desde entonces, Mario Elkin Ramírez pasó a ser miembro de dicha Escuela y de la AMP. En la Sede de Medellín, mantiene desde entonces un Campo de Reflexión sobre el Psicoanálisis Aplicado a lo Social, y por supuesto, participa, de la vida asociativa y de la enseñanza y difusión de la obra de Freud y de Lacan.
La formación de una línea de investigación Psicoanálisis Aplicado a lo Social
El término aporía designa una dificultad lógica, una imposibilidad de paso. Cuando Freud busca una fórmula biológica para explicar la experiencia vital del hombre, se encuentra con una aporía que le impide ir más allá; en consecuencia, tiene que dar un salto y pensar en una posibilidad transbiológica; descubre entonces la tendencia que empuja al hombre a destruir y a destruirse a sí mismo En respuesta a ese impasse propone la conjetura de la pulsión de muerte, y muestra las formas como dicha tendencia opera en la civilización.En esta tradición se inscribe ese texto, que explora las nuevas aporías a las que nuestra cultura ha llegado y que se hacen evidentes en los ámbitos de la ciencia, la sociedad, y la clínica psicoanalítica, en una época en la que la pulsión de muerte se desencadena en nuevas formas de goce –mezcla de placer y de horror-. Por ejemplo, son paradigmáticas en la sociedad contemporánea las nuevas modalidades de la violencia como el sicariato, la llamada “limpieza social”, el suicidio, la violencia intrafamiliar, pero también las formas del goce en el deporte olímpico o en la ópera.Desde su vinculación al Departamento de Psicoanálisis de la Universidad de Antioquia estuvo vinculado al proyecto de una Maestría en Psicoanálisis, primero como el énfasis “Psicoanálisis, Cultura y Vínculo Social” en una Maestría en Ciencias Sociales, después como Maestría en Investigación Psicoanalítica. Allí inició el diálogo del psicoanálisis con otras disciplinas sociales, en especial la historia y continuó su preocupación por elucidar con los conceptos psicoanalíticos la dimensión social que ya había estudiado desde sus estudios de Sociología. Esa investigación y enseñanza luego se concretó en el 2005, una nueva obra: Clío y Psyqué, Ensayos sobre psicoanálisis e historia, publicado por la Editorial la Carreta, en Medellín.Dice en la contraportada: Sigmund Freud escribió algunos ensayos de psicoanálisis aplicado a las colectividades, a la reflexión sobre la guerra, a la civilización y algunas elaboraciones de corte histórico. Esto aporta un interés particular para el diálogo posible entre el psicoanálisis y la nueva historia.Los alcances de esta relación se señalan en el hecho que, así ya no se haga historia de las mentalidades, la microhistoria, como uno de sus derivados, comparte con el psicoanálisis el paradigma indiciario, y la historia cultural, en sus estudios se encuentran con frecuencia designaciones como imaginarios colectivos, representaciones sociales, utilería mental, que señalan la pertinencia de lo mental en la historia.
En esa obra pretende aportar a esta relación una nueva perspectiva, a partir de la obra de Freud y de la enseñanza de Jacques Lacan. En la primera parte, este libro presenta el aporte de conceptos como los cuatro discursos y las elaboraciones sobre lo real, lo simbólico y lo imaginario, que se demostrarán como instrumentos conceptuales que permiten capturar de otro modo la subjetividad en la historia. La segunda parte se ocupa de la aplicación de los conceptos del psicoanálisis a las investigaciones sobre objetos particulares comunes a ambas disciplinas. En la tercera parte nos aventurarnos en la interpretación de varios fenómenos históricos, tanto en el ámbito global como en el local: la identidad, la declinación del padre, el tiempo del sujeto y la guerra, como intentos por ejercer el psicoanálisis aplicando sus principios al esclarecimiento de fenómenos históricos.
En consecuencia, este libro se dirige como público primario a profesores y estudiantes de historia y de psicoanálisis, y de modo secundario a todo aquel que encuentre pasión en la elucidación de los reinos de Clío y de Psyque.
Luego de haber dado en este texto un fundamento a los estudios psicoanalíticos en la dimensión histórica, reflexionó sobre cuál concepto psicoanalítico podría elucidar el problema social de la guerra cambiante de su país y adentrarse en consideraciones clínicas particulares de sus consecuencias, fue así que inició una investigación sobre las neurosis de guerra que vinieron a cristalizarse en una reciente obra: Psicoanalistas en el frente de batalla, las neurosis de guerra en la Primera Guerra Mundial.
Allí se pregunta: ¿Hay una psicopatología específica de la guerra susceptible de ser interrogada desde el psicoanálisis? ¿Existen las neurosis y las psicosis de guerra? ¿Cuáles son sus etiologías, mecanismos, síntomas y estructuras? ¿En qué se diferencian de la histeria, de la obsesión, la fobia y la paranoia de tiempos de paz? ¿Son diferentes de las llamadas neurosis traumáticas?
El propósito de Psicoanalistas en el frente de batalla es exponer el recorrido histórico y lógico de la noción de neurosis de guerra en los escritos psicoanalíticos producidos durante la Primera Guerra Mundial y en el período de posguerra, hasta 1920. Este recorrido bibliográfico reconstruye la polémica de la noción en cuestión, en sus aspectos históricos, epistémicos y clínicos, en los escritos de los primeros psicoanalistas, como Sandor Ferenczi, Karl Abraham, Ernest Jones, Victor Tausk y Ernest Simmel, reclutados durante la guerra en diferentes bandos, y de Sigmund Freud, quien no participó como combatiente en ella debido a su avanzada edad.
Este recuento pone de presente los orígenes de una reflexión psicoanalítica y de sus avatares, sobre un problema de actualidad, porque las guerras no han cesado y todavía encontramos neurosis de guerra, aunque con nuevas envolturas sintomáticas. Una reflexión en la que está implicado no sólo un combate erudito sobre una concepción del psiquismo o sobre la “enfermedad mental”, sino el trasfondo ético del compromiso más que con una militancia pacifista o guerrera, con una ética del psicoanálisis mismo, dirigida a la defensa de la subjetividad, en la cura y en la Polis.
El texto fue publicado en el año 2007, por la Editorial de la Universidad de Antioquia, en Medellín.
El Campo de investigación sobre Psicoanálisis aplicado a lo social, coherente con la formación de Sociólogo y Psicoanalista, continuó produciendo nuevas reflexiones en Mario Elkin Ramírez, quien muestra sus avances en su última obra, también publicada en el 2007, esta vez por la Editorial la Carreta de Medellín, y que lleva por título: Órdenes de Hierro.
Una de las nuevas y decisivas envolturas formales de los síntomas sociales son las órdenes de hierro. El autor se ocupa aquí del análisis de la estructura subjetiva que las subyace. Entiende por órdenes de hierro: el sicariato, las bandas, los grupos de la llamada “limpieza social”, y la guerra irregular de guerrillas y paramilitares, avocada a crímenes de lesa humanidad. Se trata del encuentro con algo que no es simbolizable o imaginable y que, por tanto, designamos, con Lacan, como un real, esto es, como algo por fuera del lenguaje y de los imaginarios sociales.
Una de las características de la sociedad contemporánea es la tendencia a declinación del Nombre del Padre, hacia su forclusión, verificada en la familia, el Estado, la Iglesia y los entes que antes representaban un anudamiento del deseo a la ley. Pero, esta exclusión radical del Nombre del Padre en lo simbólico, hace que retorne de modo catastrófico desde lo real, en lo social, dando lugar a estas órdenes que pretenden imponer un orden férreo y cruel, bajo la forma de jerarquías implacables, códigos draconianos, leyes inflexibles, estas órdenes de hierro se han colocado todas al servicio de la muerte.
El retorno desde lo real del Nombre del Padre no sólo acontece a partir del inclemente totalitarismo de estos grupos, sino también desde la nostalgia, en la mentalidad occidental, de un padre severo que restaure el orden perdido; lo cual ha permitido la base social de aceptación, o de anuencia, de los totalitarismos de Estado. Todo esto es posible porque hay un sustrato subjetivo esencial: en el corazón del ser del sujeto habita la pulsión de muerte, la tendencia al goce mortífero.
Pero, más que su satanización, corresponde a los psicoanalistas y a los intelectuales asumir la existencia esencial de este síntoma social y contribuir a la elucidación de un saber hacer con él, para encontrarle vías sociales y culturales de sublimación, límite o tratamiento, que sean menos apocalípticas que las que estas órdenes de hierro pretenden instaurar.
Desde hace cinco años participa en el Grupo Interdisciplinario Conflictos y Violencias adscrito al Instituto de Estudios Regionales de la Universidad de Antioquia; Grupo del que ha sido coordinador en varias ocasiones y clasificado en COLCIENCIAS como grupo A,. Desde allí se han realizado varias investigaciones entre las cuales se destaca Dinámicas de Guerra e iniciativas de Paz en la Comuna 13 de Medellín, (en prensa).
En la carrera de Historia ha servido el curso “Historia de las pasiones en la Grecia clásica”, “Historia del amor”; y en el Instituto de Filosofía: “Lacan y los filósofos” y “Freud y la Filosofía”; En la Maestría en Investigación psicoanalítica ha servido diversos cursos conceptuales y en la línea de investigación “Psicoanálisis y Problemas Sociales Contemporáneos”.
Ha sido profesor invitado de varias Universidades Latinoamericanas y en varias sedes de la Nueva Escuela Lacaniana, además de su regular intervención como ponente en Jornadas y Congresos de la vida institucional de la Asociación Mundial de Psicoanálisis.
8 de Noviembre de 2007