CURSO: PRINCIPIOS CLÍNICOS DEL PSICOANÁLISIS

PROFESOR: MARIO ELKIN RAMIREZ

ESTUDIANTE: Gloria E, Rojas.

FECHA DE LA CLASE: 24 DE OCTUBRE DE 2015

El octavo principio  se describe  así: La formación del psicoanalista no puede reducirse a las normas de formación de la universidad o a las de la evaluación de lo adquirido por la práctica. La formación analítica, desde que fue establecida como discurso, reposa en un trípode: seminarios de formación teórica (para-universitarios), la prosecución por el candidato psicoanalista de un psicoanálisis hasta el final (de ahí los efectos de formación), la transmisión pragmática de la práctica en las supervisiones (conversaciones entre pares sobre la práctica).

En la estructuración de la clase se encuentra que el punto de partida es la pregunta ¿Cómo se forma un psicoanalista? y para dar respuesta a ello se tiene en cuenta la vida, su proceso formativo y  las circunstancias  históricas que vivió Freud.

El Psicoanálisis y su surgimiento fue básicamente el producto de una historia, una construcción que hoy en día suma aproximadamente 100 años.

En Viena en la época de transición del Feudalismo al Capitalismo  fue  cuando  Freud   pudo realizar su formación como médico y  neurólogo.  No pudo ejercer como  profesor  en una universidad debido a la falta de su título, situación que estaba enmarcada por aspectos políticos, dado que  Freud era judío.

La dedicación de Freud y su laboriosidad como investigador le conllevan a  realizar  su descubrimiento  del psicoanálisis. Un descubrimiento que se da por fuera del contexto universitario, debido a como ya lo mencione a la falta de un título de profesor. Su entrada al contexto universitario se dio en una segunda generación  de psicoanalistas  que fueron formados por Freud.  En ocasiones Freud asiste a la universidad solo a dar conferencias de psicoanálisis.

En la época de 1900 en Viena  donde surge el psicoanálisis se caracteriza por ser un momento histórico de revolución y descubrimientos,  en la que florece la música, el arte, la pintura, la filosofía, la arquitectura todos ellos por fuera de la universidad; las personas  se reunían en sitios públicos  a debatir sus intereses. Bajo este influjo Freud también realiza sus encuentros con las personas que mostraban interés por el psicoanálisis, como pacientes, u otros seguidores de su técnica (educadores, artistas, médicos). En estos grupos Freud comienza a realizar una enseñanza y a discutir sus teorías; dándose de esta manera un grupo que posteriormente se configura como Asociación psicoanalítica de Viena. Otto Rank es el secretario del grupo y escribía las actas, que posteriormente se configura en  material bibliográfico.

Muchas de las personas que tomaron análisis, empezaron a ejercer como psicoanalistas, situación que fue muy preocupante para Freud , porque las personas no estaban bien preparadas ( periodos cortos de análisis), esto hizo que Freud elaborara un distintivo en una piedra  que  representaban el esfinge del Edipo, que significaba en cierto modo que estaban autorizados para realizar el psicoanálisis y, de esta manera, señalaba quien estaba preparado para ejercer y quien no .

El profesor Ramírez dice: “ya hemos visto la delicadeza de que alguien venga a entregarle lo más íntimo a alguien, entonces tiene que estar formado para saber qué hacer con eso, para mantener y cómo manejar la confidencialidad”

Este descubrimiento realizado a partir del trabajo con sus pacientes, y que lo llevo a definir como indispensable y necesario primero que todo su propio análisis que inicialmente definieron como “autoanálisis”, pero  que realmente el autoanálisis no existe porque necesita de otra persona, así como Freud  necesito de  Wilhelm Fliess para revisar aspectos de su propia neurosis.

Al principio Freud pensó que podía ser psicoanalista en cuanto solo creyese en la existencia del inconsciente, posteriormente da cuenta de que para ser analista debe pasar por su propio análisis solo de esta manera se “garantiza” que fenómenos como la transferencia o el proceso de interpretación se realice con la menor implicación subjetiva en la relación analizante – analista. De esta manera, el profesor Ramírez explica que: “un psicoanalista es el producto de un psicoanálisis”.

Con respecto a la experiencia, en el psicoanálisis “no cuenta como un valor acumulable, no es por más años de práctica que tenga que es mejor psicoanalista”, se entiende que no es el tiempo cronológico el que cuenta en años de práctica, sino en años de análisis personal, entre más años de análisis hay mayor comprensión de la propia subjetividad y esto hace que en la práctica se de una interpretación sin la subjetividad del analista. También resalta el profesor que en psicoanálisis la experiencia no es acumulable por el sentido de singularidad que hay en la práctica; cada ser humano es diferente- uno no es igual a otro, lo que se aprende de un paciente no le sirve para el segundo-

Del principio octavo  también se  comprende sobre la preocupación que tuvo Freud para que la formación del psicoanalista sea lo más amplia y que ayuden a clarificar que era psicoanálisis y que no; dice el profesor que muchos se tomaban libertades y tomaban la teoría del psicoanálisis y combinaban con hipnosis, sugestión etc., por ello Freud escribió ensayos por ejemplo “los escritos técnicos”, “sobre la  iniciación del tratamiento” , que orientaran a las personas interesadas en el tema.

El profesor Ramírez argumenta sobre la formación analítica establecida como un discurso.  Y asemeja que la construcción de este discurso tiene su base en los seminarios, en el análisis hasta el final, en la supervisión o control de la práctica. Dice Eric Laurent: “reposa en un trípode: seminarios de formación teórica (para-universitarios), la prosecución por el candidato psicoanalista de un psicoanálisis hasta el final (de ahí los efectos de formación), la transmisión pragmática de la práctica en las supervisiones (conversaciones entre pares sobre la práctica.)

La formación del  discurso del  psicoanalista, parte del conocimiento teórico para lo cual siempre debe estar presente la reflexión  en acciones prácticas como la asistencia a los seminarios, las supervisiones entre pares y el proceso personal de psicoanálisis hasta el final. Porque es necesario tener en claro  cuál es el funcionamiento del inconsciente, el psicoanalista debe conocer primero su inconsciente, sus pulsiones, su funcionamiento para no inmiscuir su subjetividad con la de su analizante.

Debe conocer cómo es el discurso del inconsciente, para ello el docente explica basándose en los postulados de Lacan, quien desarrolló la reflexión sobre la cadena significante: S1  adquiere un sentido en la medida en que se encadena a un S2, este encadenamiento corresponde a la experiencia de la palabra, y de esta experiencia emerge un sentido, un significado  que hace que exista un sujeto representado.

En el seminario 14  denominado la “lógica del fantasma”; el docente Ramírez  comenta :  Lacan introduce otros elementos como el sujeto en relación a un objeto. Un sujeto tachado que no es un individuo, no está  completo y se relaciona con un  objeto pulsional,  es una articulación distinta a la de la cadena significante, el discurso permite pensar el lenguaje y la cadena significante y la relación del sujeto con un objeto pulsional. El psicoanalista lo que hace es que alguien como sujeto tachado se dé cuenta de cuál es el objeto que a nivel inconsciente está ocultando y que es lo que está causando su deseo, condensando su goce.

Para ser psicoanalista  requiere  una ubicación  y una comprensión  del discurso que es el discurso analítico y este  es “el reverso del inconsciente”, “el reverso del discurso del amo. El inconsciente trabaja para ocultar, el analista trabaja para develar, es todo lo contrario, por eso el psicoanálisis es un discurso, porque un discurso además es un agenciamiento, un ordenamiento de poder S1, de saber S2, de la subjetividad que es el sujeto tachado $, y de goce, (a). Esas cuatro cosas se amalgaman, el poder, el saber, la subjetividad y el goce, se amalgaman estructurándose en una manera lógica.”

El docente con ejemplos  enseña  que  el analista se forma para ocupar un lugar, que no es el lugar del amo, es decir se despoja del poder; en palabras del docente – se coloca como semblante del objeto,  se vuelve objeto del analizante pero no lo encarna sino que se comporta como si lo fuera; su accionar a través de la palabra y siguiendo una lógica moviliza fantasmas que conlleven a producir reflexiones en la persona; es por esto que en la formación del analista la tarea es  aprender a hacer un vacío, despojarse de  una subjetividad  y esto lo logra  pasando por un análisis personal. Que debe ser tomado como un proceso con serio, que quiere decir un proceso que debe ser de un tiempo en el que el psicoanalista pueda aprender de sí mismo.

La profesión del psicoanalista se caracteriza por ser una en la cual el psicoanalista no tiene una identidad reconocible, como la tienen otras profesiones, su origen fuera del contexto universitario y académico sigue enmarcando la formación del psicoanalista hoy.

Para ser psicoanalista hoy se requiere el conocimiento teórico, puede ser optado en una universidad que le forma  en conceptos  y elementos del discurso analítico, pero su propio análisis  es por fuera del contexto universitario lo esencial; la supervisión con otros pares de su práctica  y la participación en seminarios de actualización y grupos de estudio en una Escuela de psicoanálisis es lo que  acredita  poder ejercer el psicoanálisis.

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