Renzo Ramírez Bacca
Profesor Asociado, Escuela de Historia
Universidad Nacional de Colombia, Sede MedellínMario Elkin Ramírez –profesor-investigador de la Maestría en Psicoanálisis de la Universidad de Antioquia– nos ofrece una serie de ensayos que con innovación y de modo sugerente exploran los probables terrenos comunes entre la historia y el psicoanálisis. Se trata de un texto que aumenta la diversidad del psicoanálisis contemporáneo, que se caracteriza por su profundidad, amplitud y riqueza conceptual, y cuyas fuentes primarias e inspiración son las obras de Sigmund Freud y Jacques Lacan.
Universidad Nacional de Colombia, Sede MedellínMario Elkin Ramírez –profesor-investigador de la Maestría en Psicoanálisis de la Universidad de Antioquia– nos ofrece una serie de ensayos que con innovación y de modo sugerente exploran los probables terrenos comunes entre la historia y el psicoanálisis. Se trata de un texto que aumenta la diversidad del psicoanálisis contemporáneo, que se caracteriza por su profundidad, amplitud y riqueza conceptual, y cuyas fuentes primarias e inspiración son las obras de Sigmund Freud y Jacques Lacan.
La importancia del libro radica en que brinda elementos conceptuales y argumentos reflexivos a quienes pretenden establecer un vínculo interdisciplinar entre la historia y el psicoanálisis, sin desconocer la disparidad y la reserva en el consenso de los científicos sociales sobre la materia, pero resaltando, al mismo tiempo, la utilidad potencial de algunas herramientas analíticas del psicoanálisis en la historia.
Las reflexiones e indagaciones del autor surgen a partir de la siguiente pregunta: ¿por qué los annalistas franceses –desde Marc Bloch hasta Jacques LeGoff– no dieron lugar a las ideas de Freud y de Lacan en sus enfoques históricos? Una respuesta en tal sentido requiere de una comprensión historiográfica sobre la disciplina y los avatares del padre del psicoanálisis y su formación disciplinar.
La contextualización, entonces, es presentada en la primera parte –“Un paradigma epistemológico para el psicoanálisis”. El autor dilucida las razones por las que Freud abandona el paradigma positivista, y cómo desde el paradigma indiciario y el terreno de la clínica de la neurosis y del estudio de los problemas de casualidades desconocidas crea el método de investigación psíquica: el psicoanálisis.
Explica entonces el contexto temporal y el pensamiento ilustrado de autores como Hume, Kant y Comte, y de maestros en el campo de la fisiología –todos ellos positivistas– como Bruke, Helmhotz y Du Bois Raymond. Es a partir de una lectura intertextual que Ramírez nos ofrece su comprensión en torno a la aplicación de los conceptos freudianos y lacanianos a objetos comunes de la historia y el psicoanálisis, además de presentar el prisma conceptual y la confrontación de sus fuentes con respecto al marxismo, y de resaltar la inscripción del paradigma indiciario al psicoanálisis y a la historia en el terreno de lo mental.
En la segunda parte –“El diálogo posible entre el psicoanálisis y la otra historia”–, se plantea dicho diálogo desde los objetos y métodos, pero en particular desde el plano teórico-conceptual. Explica la concepción de Lacan y Freud para estudiar lo real, simbólico e imaginario, además del conjunto de representaciones que ello determina, y que pueden traducirse en la interpretación histórica de los imaginarios o, en el caso concreto de la historia de las mentalidades. Que en este caso es entendida por el autor como una “historia de las creencias”, desde donde se pueden explicar los resortes psíquicos de los rituales religiosos, de la concepción de lo sagrado, de la función de lo demoníaco, de los orígenes del monoteísmo y de las estructuras, entre otros.
Ramírez concluye que el terreno común y la relación potencial entre historia y psicoanálisis están en el plano mental. Es en tal diálogo y a partir de la concepción lacaniana que estudia las probabilidades de tres tipos de historia: historia de lo imaginario, historia de lo real e historia de lo simbólico. En la perspectiva de esta última, se apoya en el aparato de los “cuatro discursos” –discurso del amo, discurso histérico, discurso universitario y discurso analista– como instrumento conceptual para “capturar” –en palabras del autor– “la subjetividad en la historia de las mentalidades”. Es a partir de ese momento cuando reflexiona sobre la temporalidad del sujeto en el ámbito de la colectividad y de lo individual.
Hay convicción en el autor sobre los postulados teóricos de Lacan y sobre el potencial que éstos pueden ofrecer para el análisis del discurso de las mentalidades; aunque, como bien lo reconoce LeGoff, entre los historiadores contemporáneos no existe claridad sobre lo que realmente significa historia de las mentalidades. Es válido considerar entonces que el análisis propuesto es sugerente en términos de reflexión, y fuente para los historiadores que apuestan por encontrar nuevas herramientas conceptuales y analíticas en los terrenos profundos e inexplorados de la psicología.
Visto de este modo, el texto puede inscribirse como una propuesta de diálogo interdisciplinar, si bien los historiadores franceses han sido reacios a dialogar con el psicoanálisis y desde él. Este diálogo sordo –fenómeno propio de los cambios generacionales y evidente en los annalistas franceses de los últimos lustros– es quizás no un simple matiz de las tendencias historiográficas actuales en el país galo, sino que también se debe a lo tardío de la socialización de la obra de Lacan en el medio académico universitario francés y en la historiografía occidental.
En la tercera y última parte –“Exploraciones en un dominio común”– se manifiesta el inicio de una exploración interdisciplinar, con el estilo inédito de un ensayista que no tiene ninguna ambición en la disciplina histórica, pero que se apoya en autores tan conocidos como George Duby, Edward Carr, Claude Levi-Strauss y Fernand Braudel, y en sociólogos como Norbert Elias y Michel Foucault, entre otros, para tratar diversos problemas. El primer ensayo consiste en intentar comprender la percepción mental entre lo divino y el fin de los milenios, y la relación de Dios con la figura paterna a partir de marcos temporales distintos y fuentes secundarias. El segundo ensayo trata sobre la relación entre identidad, subjetividad y su diferencia con la colectividad, donde los conceptos de identidad y segregación son determinantes. Y el tercer ensayo es una aproximación a la historia presente, y un intento de buscar las raíces psíquicas del exterminio humano en la sociedad contemporánea.
En resumen, es éste un texto que puede inscribirse en la historiografía psicoanalítica. Pero también es una invitación a los historiadores a mirar el uso actual del paradigma indiciario en la disciplina, y la promesa que ofrecen las herramientas conceptuales inspiradas en el psicoanálisis para desarrollar nuevos enfoques. Se trata de una comprensión reflexiva sobre lo que de los postulados lacanianos puede servir a la historia. Inevitablemente, se requerirá de cierta habilidad de abstracción y de una concepción clara sobre lo que significa la “compresión de los hechos” en la historia. De modo sugerente, al buen estilo weberiano, basándonos en la promesa y la posibilidad de construcción conceptual, y en particular de comprender los fenómenos históricos con rigor analítico y explicativo.
Ramírez, Mario Elkin. Clío y Psique: Ensayos sobre psicoanálisis e historia. Medellín: La Carreta Editores, 2005. 203 páginas.