En el Escrito de Lacan «Kant con Sade» dice Lacan de esta película:
«Es bueno ser caritativo ¿Pero con quién? […] Un tal señor Verdoux lo resuelve todos los días metiendo mujeres en el horno hasta que el mismo pasa a la silla eléctrica. Pensaba que los suyos deseaban vivir confortablemente. Más esclarecido, el Buda se daba a devorar a aquellos que no conocían el camino. A pesar de ese eminente patronazgo que bien podría fundarse tan sólo en un malentendido […] la abnegación del señor Vérdoux proviene de un error que merece severidad puesto que un poco de grano de Crítica, que no cuesta cara, se lo hubiera evitado. Nadie duda que la práctica de la Razón hubiera sido más económica a la vez que más legal, aunque los suyos hubiesen tenido que saltearla un poco».