RELATORIA…
PROFESOR: Mario Elkin ramírez
CLASE DE ENERO 25 /2013: 6to Principio
ESTUDIANTE: LINA CRIALES
Durante la clase se desarrollaron varios puntos claves e importantes para la comprensión de lo referente a la cura psicoanalítica y el análisis, que hace parte del principio número 6, del cual extraje lo siguiente, ya que a mi parecer es lo que precisa la intención del principio: “La duración de la cura y el desarrollo de las sesiones no pueden ser estandarizadas. La duración de la cura se define ‘a medida’. Una cura se prolonga hasta que el analizánte esté lo suficientemente satisfecho de la experiencia que ha hecho como para dejar al analista. Lo que se persigue no es la aplicación de una norma sino al acuerdo del sujeto consigo mismo”. Lo que hice entonces, fue agrupar e interpretar la información más relevante de la clase y el principio, en 5 apartados que desarrollo a continuación:
1. Cura psicoanalítica: hablamos de que no existe un estándar para medir tiempo, estrategias o avances dentro de un análisis, y mucho menos para saber si habrá una cura terminable o interminable para el sujeto. Para Freud la cura psicoanalítica era interminable y se dirigía a la recuperación del amor y el trabajo, es como decir, que nadie que vaya a análisis va a encontrar una cura final sino más bien parcial que le permita convivir con su propia estructura, con su fantasma. Pero para Lacan, la cura si podía ser terminable a partir de su supuesto sobre el “ser para la muerte”, el hecho de aceptar y tomar conciencia de nuestra finitud, de que no somos eternos, pero aun así, nos conducimos como si fuéramos inmortales. De allí parte Lacan a establecer los dos fines de análisis: el primero se trata de un fin de análisis lógico, el cual hace referencia a un fin singular y particular que descubre el sujeto en algún momento del análisis y esa se convierte en su mejor salida, por ejemplo, el que encuentra en ser profesor o ser pintor su salida final; y el segundo se trata de un fin de análisis terminado, en donde ocurre que en algún momento del análisis, el paciente se encuentra satisfecho y decide retirarse del mismo, es potestad del analizánte irse.
2. La travesía: sucede con el que quiere ser analista, con el que descubre en análisis que su camino o su salida final entre tantas, es ser psicoanalísta y decide continuar, ya que su sufrimiento medianamente se encuentra resuelto. E inicia para él la travesía del fantasma, el cual va dirigido a conocer su frase fantasmática, el corazón de la horma con la cual se conforma toda la estructura del sujeto; se trata de las distintas versiones de lo mismo, de todo aquello que ya está pero que se modifica, se manifiesta, cambia y se moviliza a través de la estructura.
3. Estructura: Lacan concibió un vacio en la estructura, un vacio que permanece y se mantiene pero en momentos, circunstancias y situaciones cambia de lugar, no es fijo; se necesita de dicho vacio para darle movilidad al resto de elementos que componen a la estructura del sujeto, para hacer combinaciones y desplazamientos, es como decir, que cuando se tapa un espacio al mismo tiempo se destapa otro, un otro que no hay que tratar de tapar sino más bien de resolver, porque de igual forma siempre quedara un vacio más. Y es allí donde está el centro de la travesía, el ser de la misma, ese vacío que le permite desalojarse y volverse a alojar.
4. La verdad: ésta en psicoanálisis es subjetiva, cada uno tiene su propia y particular verdad; no hay verdad absoluta, general o universal, cada uno la construye a partir del camino recorrido, de las experiencias, de lo que concibe y cree cada uno. Freud encontró que siempre quedan restos incurables e inmodificables que constituyen una verdad desconocida aún, para el sujeto; siempre quedara un rayón, un algo con el que hay que saber hacer y no tratar de hacer desaparecer. De allí que Lacan cree otro concepto para quien continúa el análisis: ya no se trata de la travesía del fantasma como tal, sino más bien de la Desidentificación del síntoma, pero que finalmente se conservarán algunas identificaciones que le sirvan al sujeto, ya que no se puede soltar o desatar de todas las identificaciones, es comprender y hacer llevadero el demonio propio.
Los tres tiempos lógicos: Lacan estableció estos tiempos para esclarecer que es lo que sucede en una situación, lo que se desarrolla en tres períodos a partir de la misma: primero aparece el instante de ver, que es el periodo en que el paciente habla, habla y habla de sí, de lo que le pasa, de su malestar; segundo esta el tiempo de comprender, que es cuando el sujeto cae en cuenta de, cuando hace consciencia de lo que ha dicho, cuando encuentra en el discurso algo rescatable y significativo del funcionamiento de su estructura; y tercero, el momento de concluir, llevar a cabo la rectificación de lo que ha descubierto, hacer una conclusión lógica y articulada a partir de fragmentos del discurso para llegar a comprender medianamente lo que le ocurre. Cabe resaltar que esto depende también del aprendizaje del sujeto, el cual también se da en tiempos lógicos, el tiempo de comprender es de cada uno, y cada uno tiene un ritmo y un momento de entendimiento.