CURSO: Sujeto, memoria y conflicto

DOCENTEMario Elkin Ramírez

ESTUDIANTE: Juan David Echeverry Tamayo

Protocolo del 29 de Septiembre/ 2016

Se dio inicio a la clase con la lectura del protocolo concerniente a la anterior sesión sobre el capítulo primero del libro Tiempos de horror: Amor, Violencia y Guerra de Wolfgang Sofsky, para posteriormente realizar la exposición del segundo capítulo del libro, titulado Terror y Persecución. El capítulo consta de tres partes básicas: Modernidad y Barbarie, Auschwitz, kólima y Hiroshima y el Tiempo del terror. En primer lugar se habló de la barbarie y la civilización y como estas han generado una situación de conflicto, que ha llevado a la creación de herramientas que han cambiado por completo la relación entre las comunidades humanas.

La modernidad por ejemplo, implementó una forma de organización que aglutino grandes porciones de población entorno a estados nacionales, que en la mayoría de los casos sufren de una fatal carencia de cohesión interna que cree lazos de solidaridad entre sus miembros, apareciendo así un elevado número de naciones inconclusas incapaces de adaptarse al cambio. Además, se podría decir que la culminación de la civilización perfeccionó el terror, desencadenando la violencia que ahora es ejercida de una manera mucho más creativa. Hay que tener en cuenta que en el auge de la civilización se presentaron algunos de los mayores genocidios y etnocidios de la historia, la ciencia antes que reducir los tabúes alrededor de la superioridad racial, política o religiosa, dio un aval racional a las acciones de exploración, conquista y exterminio de comunidades a una escala planetaria y llegada la Primera Guerra Mundial expandió el racismo aun a las relaciones entre los pueblos que se consideraban a si mismo superiores. Una muestra de esto, es la propaganda francesa contra las tropas Alemanas a las cuales se les denominaba inferiores, debido a características físicas como el olor, que los acercaba más a los animales que a la condición magnifica del francés.

Sin embargo, la modernidad no fue la condición única para la Barbarie y la guerra, pero si fue una condición necesaria para el alcance desproporcionado que alcanzó en el siglo XIX y mucho más en el siglo XX, donde murieron más personas que en todas las guerras pasadas. Se podría decir que civilización y barbarie no tienen una relación directa, en la medida que la humanidad ha recurrido a la violencia desde tiempos inmemoriales como actividad cien por ciento humana y en resumen la modernidad solo la masificó. Aspectos del estado moderno como la burocracia y la organización sistemática y racional, solo facilitaron la frialdad para llevar a cabo acciones de terror sobre comunidades vencidas o problemáticas, con la novedad de poder recurrir a herramientas innovadoras para la ejecución de las disposiciones reales, divinas o estatales.

Se comenzó entonces un perfeccionamiento y sentimiento de necesidad de perseguir al otro, y aun mas haya de rastrear los elementos que convierten a un ser en humano o ciudadano en un ser digno de gozar de pleno derecho. El Estado, la comunidad y la nación tenían en sí mismos la semilla de la persecución, debido a que el Estado moderno debe garantizar la seguridad de sus miembros por medio de la violencia legítima derivada de su monopolio de la violencia. Tarea que no se veía posible sin ejercer una represión continúa de cualquier idea contraria a su existencia y planes, a si que proyectos de homogenización de la población se iniciaron en todas las naciones. ¿Pero en qué consiste el cambio entre la organización de antiguo régimen y la de nuevo? para responder sería interesante observar de qué manera funcionaba la lealtad y libertad cultural, en entidades políticas pre modernas como el Imperio Otomano, allí no se intentaba generar un vínculo de lealtad exclusiva entre los pueblos que formaban el Imperio y su rey.

El griego seguía siendo tan distinto del persa como lo era hace cientos de años, con la diferencia que ahora rendía tributo a un rey extranjero, sin tener que renunciar a su cultura, idioma o idiosincrasia pero jurando obediencia a su rey. Por el contrario, para construir lo que es hoy Francia o Rusia se pasó por un proceso de homogenización extremo, donde se desvinculo a los pueblos de sus lealtades particulares, por ejemplo de sus raíces Lombardas, polacas, lituanas, normandas, etc. para así crear una nación cohesionada desde arriba que elaboró su propio modelo de ciudadano.

Lo mismo pasa con la comunidad, puesto que se articula en torno a algo común que identifica a sus miembros en contraposición con el otro. En este orden de ideas la cultura garantiza la unión y para conservar intacta dicha unión, hay que dejar a algunos por fuera. Con el paso del tiempo formas sociales de terror se instituyeron, algunas de las más importantes son:

  1. La masacre: ataque dirigido a quien no puede defenderse en paridad, convirtiéndose en un genocidio cuyo objetivo es suprimir totalmente la otredad.
  2. El atentado: caracterizado por una acción violenta, inmediata y mediática con una elevada repercusión en la opinión y sentir público que expande la sensación de temor e inseguridad.
  3. Racia: es un asalto por rodeo donde se sitia una ciudad, pueblo, edificio o comunidad, donde los asediados quedan sin posibilidades de huir, afrontando una lucha desigual donde reina el miedo.
  4. Marcha de la muerte: es usada para movilizar la población de un lugar a otro, utilizando métodos degradantes y en la mayoría de los casos fatales. Aquí, el terror se prolonga y recubre la situación de un halo de eterna zozobra con un ápice de esperanza de sobrevivir.

Así mismo, las temporalidades del terror no son las mismas para quien lo aplica que para quien lo recibe, puesto que para un civil un atentado es inmediato y sin posibilidad de respuestas, mientras que para un perpetrador es el resultado de la inversión de tiempo y recursos acumulados en el transcurso de días, semanas, meses o años. El profesor Mario Elkin Ramírez precisa algunos conceptos desde el psicoanálisis;  el terror arroja al humano por fuera del tiempo social y lo somete a tres condiciones:

  1. Miedo: es un afecto que se produce cuando se es afrontado a un peligro reconocible. Un objeto que se puede ubicar en tiempo y espacio, dando la posibilidad de huir o enfrentar (miedo al nazi, al gerdamen, miedo al enemigo identificado).
  2. Susto: Peligro en el que no hay posibilidades de prepararse como en el miedo, estando profundamente relacionado con el atentado. Es un ataque desde el interior no desde el exterior.
  3. Angustia: es un sentimiento constante frente a lo inminente e inevitable. Es una reacción frente al sin sentido que induce un trauma, un evento que parte la vida en dos haciendo que nada sea otra vez igual.

Por otro lado, uno de los aspectos más importantes a analizar, es la decepción sufrida frente a la existencia de campos de concentración o ataques indiscriminados contra la población civil, tanto en la derecha, la izquierda y las potencias capitalistas al ser descubiertos los Gulags o ejecutarse los ataques en Hiroshima y Nagasaki y el bombardeo masivo a ciudades. Es entonces vital, diferenciar cuando se trata de un proceso sistematizado y cuando de uno súbito, para saber en qué momento se pasó al manejo industrial del exterminio de un pueblo que se puede ver en la Segunda Guerra Mundial. Al mismo tiempo, investigar la resignificación del terrorismo a partir del atentado del 11 de septiembre es un tema ineludible, en él se desplazó a los Estados y dictaduras en tanto únicos actores del terrorismo, para extender esta denominación a cualquier individuo, colectivo u organización bien sea armada u opositora en un juego de buenos y malos. Despojando al condenado por terrorismo de sus derechos humanos y validando la existencia de aberraciones modernas como Guantánamo para castigarlo o reprimirlo.

En conclusión, es complicado hablar del progreso intentado manifestarlo de forma tangible, en la medida que ninguno de los avances producidos por la humanidad ha frenado el acto de la guerra, la barbarie, el hambre o la miseria (si bien ha producido cambios positivos aunque limitados). ¿Por qué seguimos sumergidos en el conflicto si somos civilizados?, es la pregunta que tenemos que responder si deseamos comprender las razones que llevan a que la civilización traiga consigo en muchos casos la guerra, para ello desvincularnos de paradigmas como el progreso o la globalización total que se desea vender, nos será muy útil al mostearnos que todos estos conceptos tan solo fraguan un frágil equilibrio que no puede mantenerse en un mundo con tantos seres humanos con condiciones tan diversas y que en no pocas ocasiones no quieren ser cambiados o tienen dinámicas de cambio y adaptación muy diferentes a las de occidente.

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