Curso: “Introducción al psicoanálisis”

PROFESOR: Mario Elkin Ramírez.

PROTOCOLO del 16 de Febrero 2016

ESTUDIANTE: Daniela Guerra Bedoya

Conferencia N° 4 de Conferencias de Introducción al Psicoanálisis de Sigmund Freud

El profesor Ramírez decide iniciar con la explicación de la conferencia número 4 de  introducción al psicoanálisis, anunciando que ésta conferencia es la conclusión de las tres anteriores. Nos dice que Freud parte de unas premisas, la primera que las operaciones fallidas tienen un sentido, no son banales y sin importancia. La premisa dos manifiesta que son actos psíquicos que nacen por interferencia de dos propósitos, por esto se puede decir que cuando estas dos tendencias, que a la vez son dos intenciones tienen una coalición, es ahí cuando se produce un nuevo sentido que Freud define como significado, propósito, tendencia, intención y a esto agrega su ubicación dentro de una serie de nexos psíquicos. En ese momento el profesor Elkin nos menciona el pie de página de la página 36, donde el traductor  (Luis Etcheverry) hace énfasis en la palabra alemana tendenz (tendencia) que abarca los dos sentidos uno subjetivo que es como la orientación de la conducta y un sentido objetivo que es la orientación de un proceso. Al decir tendencia en un sentido subjetivo como una orientación a la conducta hay un sujeto que orienta su conducta y cuando se trata de algo conciente se dice que tiene un discurso tendencioso, por ejemplo que busca es convencer a alguien de comprar algo mediante la retórica. Sobre el encuentro de dos tendencias en un lapsus, la tendencia del sujeto es una conciente a producir un significado y una inconciente que es la que lo traiciona y se filtra en el primer significado, hay un sujeto del inconciente, porque tiene una orientación de la conducta. El sentido objetivo de tendencia como la orientación de un proceso, se verifica que hay un algo que se dirige a la conciencia y esto supone una tópica de un aparato psíquico donde hay un espacio conciente y un espacio inconciente, que se manifiesta en esas operaciones fallidas. El docente Elkin nos dice “La conciencia es un corcho nadando en un mar de inconsciencia” Aceptar esta premisa es algo impactante, pues quiere decir que la mayor parte de nuestra vidas somos inconcientes, un ejemplo de ello es cuando dormimos y los sueños toman lugar.

Después de esto llega la compañera Linda Rodríguez, la expositora de la conferencia 4 de introducción al psicoanálisis. Ella menciona que el sentido de las operaciones fallidas puede revelarse de varias formas como son el trastrabarse. Según la compañera, Freud habla de unas acciones casuales y sintomáticas, estos son fenómenos que se aproximan mucho a las operaciones fallidas, que tienen el carácter de lo inmotivado, de lo superfluo, de lo irrelevante, pero se diferencia de las operaciones fallidas porque no hay otra intención con la que choquen y que sea perturbada por estas. Las operaciones  fallidas pueden obtenerse con mayor nitidez con probaciones importantes para el psicoanálisis, porque son el resultado de dos intervenciones diversas: la perturbada y la perturbadora. La operación fallida es la figura del conflicto entre dos aspiraciones incompatibles. La perturbación proviene de una ilación de pensamientos  que la persona había tenido un poco antes y ahora repercute de esa manera. Nos dice que hay varias intenciones  que son perturbadoras de otras que son de índole muy diversa. Son tres: las que se notan en el hablante y él es conciente de que se trastrabó y lo corrige; otra es reconocida por el hablante, pero no supo que estuvo activa antes del desliz, la acepta pero le produce asombro; y por última aquella que el hablante desmiente aunque la cometa. En el hablante se puede manifestar intenciones de la que él mismo no sabe, pero se puede discernir por indicios. Estos tres tipos de desliz se pueden diferenciar por el alcance mayor o menor en que la intención es reprimida. En la primera intención está presente, y se le hace notoria al hablante antes de que lo haga, solo después experimenta un rechazo en el cual se desquita al trastrabarse,  en el segundo tipo  de desliz, el rechazo tiene un alcance mayor porque la intención ya no es notoria antes de que la cometa, y en la tercera la tendencia exteriorizada ha sido reprimida por mucho tiempo, como no es notable, el hablante la desmiente. En este punto la expositora expresa lo que es en sí las operaciones fallidas. Son actos anímicos en los que se reconoce un sentido y un propósito, surgen por la interferencia entre dos diversas intenciones, una de estas intenciones tuvo que haber sufrido cierto refrenamiento para que pueda exteriorizarse mediante la perturbación de la otra.

El docente Elkin le da continuidad a ésta conferencia sosteniendo  que  así no seamos conscientes de esa tendencia que se manifiesta en el lapsus, es una acción casual, es una acción sintomática. Las acciones casuales, dice, se busca ver si corresponden a un propósito, a una intencionalidad por lo tanto no son tan casuales, pues a nivel del psiquismo no hay mucha casualidad. En este punto nos habla de las causas necesarias y contingentes. Una causa contingente es aquella que pudo pasar o no, pero aconteció, pero no necesariamente tenía que pasar, ejemplo: un trauma o un accidente. Esta pertenece al azar. El otro tipo de causa, que Aristóteles llama necesarias son esas que sí tienen que pasar, y que no hay manera de evitarlo, un ejemplo de ello: los planetas que giran alrededor del sol. En la vida cotidiana estas acciones casuales, y sintomáticas no lo son tanto, pues tienen una causa necesaria. A nivel psíquico, nos dice que eso no es un azar, que son los contenidos reprimidos que retornan en actos sintomáticos, sean lapsus, sueños o chistes, etc. Lo que indica Freud es  que el inconsciente tiene leyes, que se expresan en términos lingüísticos, porque es a través de la escucha que él los infiere. Estos actos casuales tienen el carácter de lo inmotivado, lo irrelevante o lo superfluo y que se distinguen de las acciones fallidas porque no hay otra intención con la que choque. Entonces Freud se propone demostrar que así no haya ese choque entre lo inconsciente y lo conciente  esto funciona para estos actos, por ejemplo un síntoma. Estas acciones casuales y sintomáticas, son interpretadas de igual forma que las operaciones fallidas.

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