SEMINARIO DE CONCEPTOS I: EL INCONSCIENTE

PROFESOR: MARIO ELKIN RAMÍREZ

ESTUDIANTE: Francisco Sepúlveda

FECHA DE LA CLASE: 31 DE MARZO 2017

Las Propiedades Particulares del Sistema Inconsciente.

Este encuentro se caracteriza por tres momentos específicos y cada uno cuenta con su propio contenido y discusión.

Así inicia la sesión con los comentarios y discusiones de las ideas en relación al texto de «la Represión» en Freud, donde se manifiesta la relevancia de una contextualización social, política y cultura, en relación a la comprensión del mismo.

El texto reflexiona de manera principal sobre el lugar fundamental que ocupa el concepto de represión dentro de la constitución teórica del psicoanálisis, y su primordial fenómeno objeto de atención en este momento, es la resistencia. Se intenta entender así el proceso de la represión como uno de los destinos posibles de la pulsión, que además opera como una fuerza de choque entre la moción pulsional y las resistencias que buscan se mantenga inoperante.

La represión es pensada como el proceso llevado a cabo en el momento en que aquellas exigencias placenteras se tornan, por el contrario, displacenteras debido al exceso de satisfacción. Este proceso implica por tanto, para Freud, un movimiento de formación sustitutiva. Con la claridad que no es el mecanismo de defensa mismo, y que existen muchas otras de formaciones sustitutivas.

Propone por ende un rastreo y entendimiento en relación a su experiencia clínica y la asociación con casos particulares, analizándose así los propuestos a la luz de la histeria de angustia, neurosis obsesiva e histeria de conversión.

Posterior a estas elucidaciones se lleva a pensar el tema de la represión al campo de las proposiciones hechas por J. Lacan y su relación con el signo. Se dirige el inconsciente desde dos planos.

En un primer plano; El significante, y así la idea que en tanto tal (significante), es remitente a otros significantes, Por lo que se concluye pensando en esta remisión entre significantes, el postulado de “somos hablados por el inconsciente”.

El segundo plano es pensado bajo la noción de signo, en tanto éste representante de algo para alguien. Aquí ya no se alude a un sujeto que es hablado, sino a un sujeto donde algo se ha escrito, la fundamentación y relación es hacia la letra. Por ende, sobreviene la noción de interpretación al desciframiento de un mensaje que ha sido cifrado, pues es la letra específicamente, la que ha configurado algo para el sujeto que no se logra aprender por medio de la palabra.

Provocando de esta manera una modificando en la concepción del concepto de síntoma, pues ya no sólo basta con cuestionarse por la significación o el sentido del síntoma, sino por lo que se goza en él.

Finalizando el planteamiento de las ideas de este texto y su discusión, se propone la realización de anotaciones con la búsqueda de complementar el escrito:

Agregar contenido en relación a lo ya mencionado sobre la lalengua.

Retomar un poco la idea de la letra, en relación al “trazo”

Realizar una pregunta hacia el final de cada escrito, como forma de proponer apertura a la discusión de contenido.

V. Propiedades Particulares del sistema inconsciente

En el segundo momento de este encuentro se presenta la elaboración y discusión de sobre el texto de “Las propiedades particulares del sistema inconsciente” (un apartado del texto metapsicológico «Lo inconsciente»).

Se toma como estrategia el análisis del mismo título propuesto del texto, pues se considera así la sugerencia de “propiedades particulares en un sistema”, dando a entender que se abordará en el texto una síntesis de lo que es el inconsciente.

Así se percibe la ubicación, tópicamente, del inconsciente por debajo de la consciencia, con la aclaración que su referencia es más a una característica del mismo, que a un lugar.

Se presentan lógicamente características nombradas que se encuentra en relación a:

– La no influencia, ni contradicciones de las agencias representantes de pulsión dentro del núcleo inconsciente, utilizando las mociones de deseo para descargar su investidura, con la particularidad de que aquella representación permanece y su afecto se descarga.

Así pues la negación, la duda y la certeza no se encuentran en este sistema (el inconsciente), tal como la censura es introducida en el preconsciente.

Es el inconsciente una instancia donde no hay duda, una representación puede entregar a otra todo el monto de investidura por el proceso de desplazamiento, así como recibir las investiduras de muchas otras por el proceso de la condensación.

Otras de las características que presenta el sistema inconsciente es la atemporalidad, pues se ubica el tiempo en un “borde”, y así se comprende porque hay actos actuales indiferenciados de experiencias pasadas.

Surge aquí el cuestionamiento de ¿Cómo puede entenderse esta idea de que no hay tiempo en las estructuras?

Otra de las características mencionadas es que “el inconsciente No tiene más ley que el principio del placer”.

Continuando con la elaboración de lo propuesto por el texto se menciona el sistema preconsciente como instancia encargada de arrastrar hacia sí el acceso a la conciencia del inconsciente, quien de por sí es incognoscible.

La descarga del sistema inconsciente pasa a la inervación corporal mediante el afecto preconsciente, pues en sí mismo solo efectúa reflejos corporales. Surgiendo la tesis del automatismo que tiene la relación del inconsciente con el cuerpo: “solo ejecuta reflejos corporales”

En el preconsciente también existe el desplazamiento, con la diferencia de, que la investidura no se desplaza completamente – el preconsciente se encarga de la capacidad de comercio entre el contenido de las representaciones.

De esta manera surge la pregunta por la consideración de, si el pensamiento se puede considerar un proceso preconsciente. Y en su relación con el tiempo, se considera el interrogante sobre esta noción, como una elaboración del pensamiento en alguna función específica en relación al sistema inconsciente.

De la mano de esta elaboración se concluyen algunas proposiciones como: En el preconsciente las representaciones se ordenan temporalmente, se censuran y obedecen al principio de realidad.

Se cuestiona aquí sobre la función del tiempo en relación al sistema inconsciente (siendo este último tomado con la característica de atemporal). Pues no se considera clara la forma de su aparición en lo clínico o lo cotidiano. De esta manera se proponen ejemplos como;

En la histeria se encuentran frecuentes referencias de sufrimientos a  reminiscencias, por lo que el tiempo en ella está en relación al pasado.

En el sujeto obsesivo se puede pensar la circularidad de la misma compulsión – Un tiempo circular.

En la psicosis el tiempo es pensado en relación a lo futuro, a lo prominente de advenir por medio de los delirios.

Finalmente se piensa la perversión como lo que está presente, bajo la propuesta del gozar aquí y ahora.

Obviamente sin dejar de considerar las particularidades que se adhieren a la noción de que es un proceso pensado en el uno por uno.

Finalmente se vuelve sobre la idea de verdad, y no la presencia de certeza en el inconsciente. Pues esta no solo está referida a la estructura de la psicosis. También a las manifestaciones de certeza en la histeria y demás. Se considera de manera primordial un elemento clínico considerado como crucial, y se encuentra en relación a la reflexión de cómo alguien puede dialéctizar, relativizar sus convicciones.

Asociado a esta discusión también se considera el fenómeno, propuesto en su tiempo por Freud, como la retroactividad en el paciente. Vista como aquella vivencia del pasado que ha quedado ahí y se puede retomar en el presente en la medida que un elemento de este lo activa y de la manera retroactiva, comienza a tener la eficacia en el presente.

Capítulo 16 – Curso psicoanalítico de J.-A. Miller – “De la naturaleza y los semblantes”

“Inconsciente y verdad”

Parágrafo “La naturaleza del inconsciente”

Se propone, precisamente, un tercer momento del encuentro donde se considera a propósito de la discusión anterior, lo que podría considerarse como un paralelismo entre la naturaleza del inconsciente y el sistema inconsciente. Tomando como horizonte la pregunta por saber si el inconsciente piensa.

Se encuentra en Lacan, de esta manera, Dos respuestas que se oponen:

La primera respondiendo de manera afirmativa, en la consideración de que el inconsciente Freudiano SI piensa.

Se va a considerar, por tanto, desde esta perspectiva, como el gran descubrimiento de Freud (en la epistemología y la ciencia), es el postulado de que “el inconsciente piensa.” A diferencia de lo que comúnmente se atribuye como su gran descubrimiento (la sexualidad infantil – 1905).

Sin desconocer que es precisamente desde Descartes que aparece el sujeto con la ciencia, con la misma idea de que el pensamiento es, precisamente lo que nos distingue de los animales. Y por supuesto el postulado de que hay reglas (una lógica), en el pensamiento. Él ha dicho también que en el inconsciente están las representaciones palabras, lo que para nosotros se consideran los significantes.

A propósito de Freud va a considerar (en el capítulo séptimo de la interpretación de los sueños), el mecanismo del pensamiento inconsciente desde la formación de los sueños, en el momento de considerarse que al dormir se abandonan esos contenidos preconscientes a la elaboración inconsciente. Filtrándose de esta manera, algo del inconsciente que se conecta con la conciencia del soñante. Y se refleja así en forma de trama de imágenes y afectos.

Es donde va a decir, que no hay contradicción en el inconsciente, que este es atemporal y que no existe en él la negación.

Posteriormente va a decir J. Miller, que existe otra respuesta, explícitamente contraria. La cual sostiene que el inconsciente no piensa. Retomando aquellas ideas propuestas por Lacan (desde los textos de radiofonía y televisión), donde subraya y repite como una evidencia la fórmula de que: “el inconsciente trabaja; No piensa, no calcula, no juzga”. Lo cual nos llevará a pensar otra de sus proposiciones donde manifiesta que “Allí donde pienso no soy, y donde soy no pienso”. Aun así se opinará que en psicoanálisis somos responsables de nuestros actos inconscientes “de nuestros actos somos responsables”

Aquí se abre otra posibilidad referida a introducir la noción del ser en tanto opuesto a pensar. Tanto en Radiofonía, como en Televisión, Lacan va a proponer la noción de que el inconsciente trabaja, que no piensa, no calcula, no juzga. Y bajo la idea de que sino existe la negación, la contradicción, no hay la polarización entre el bien y el mal, entre el si y el no. Se cuestionará en relación a como se va a juzgar en el inconsciente mismo. Por tanto no hay certeza.

Se puede decir, de esta manera, que cuando el sujeto se asimila a la consciencia es él quien piensa, mientras que en el pensar inconsciente el sujeto es pensado, es hablado. Así como se le imponen los sueños, los lapsus. En esta misma vía Freud se va a referir al inconsciente bajo la idea del trabajo, en “Duelo y Melancolía”, a propósito de la elaboración del sueño.

Miller en su seminario va a proponer que este viraje (el de un inconsciente que piensa, por uno que no lo hace, que solo trabaja), está íntimamente ligado a esa sustitución de la verdad por el goce. Esto tomado desde el mismo Freud cuando se consideraba que él pensaba que en el inconsciente había una verdad oculta, y que esa verdad al mantenerse oculta, por efectos de la represión, producía síntomas. Por lo que el trabajo del analista y de la psicoterapia era lograr descifrar o desentrañar la verdad oculta detrás de las manifestaciones sintomáticas que se producían por mantener oculta esa verdad.

Seguidamente se va a considerar que en Lacan también hay una doctrina de la verdad, una que domina la teoría del deseo. Por lo consiguiente se afirma que la verdad es el significante amo de la enseñanza de Lacan.

De esta manera se hace curioso el tema de la verdad en la Lacan, con la valoración de que sus escritos terminan en un texto denominado “Ciencia y Verdad”

Resaltándose también que a Lacan lo orienta la construcción de la dirección de la cura testimoniada por Freud en el caso del “Hombre de los Lobos” donde es en efecto una búsqueda de verdad. La verdad última – inconsciente.

Se piensa de así que la verdad, en este caso, se constituye en la escena originaria. Apareciendo el campo de la realidad estrictamente confinada al discurso. La revelación del pasado es algo ambiguo, vacila entre lo simbólico y lo imaginario.

Por tanto no se trata de la verdad en sentido de la exactitud histórica, tampoco de la realidad. Se trata de una verdad personal, una verdad subjetiva, donde NO hay mucha relevancia si el evento de esta verdad ocurre o no. Sino que tenga un efecto de verdad para ese sujeto. Descubriéndose así la realidad psíquica.

Lacan hace otro uso diferente de esta noción de verdad. Oponiendo las realidades reconoce una contundencia de la realidad psíquica sobre la realidad material. Planteando de esta manera la idea de que: en la “experiencia analítica no se trata de realidad, si no de verdad”

La palabra verdad debe ubicarse en el campo psicoanalítico, en tanto se risa sobre su propia autonomía. Por tanto afirmar que la verdad que nace en la palabra, es aceptar que esta NO nace en la confrontación de la misma palabra y la realidad, si no que la palabra como tal reconoce lo real de la verdad. La palabra genera su propia verdad, correspondiendo ésta a un real y no a una material. Y por esta razón es que la palabra – verdad adquiere un valor traumatizante.

Por tanto lo verdadero y lo falso pueden coexistir – pues la verdad se relativiza. Es en esa verdad naciente en la palabra, que está en juego una noción de verdad que escapa de la dicotomía de lo verdadero y lo falso.

Es aquí donde se encuentra razón cuando Lacan va a proponer la verdad con una estructura de ficción. – Una ficción que fija, por ende una contundencia de verdad.

La verdad con un sentido retroactivo – como lo que le queda en un sujeto, y ha quedado como una impresión, reactivado en otro momento de la vida. La retroactividad en el sujeto es una forma de convertir su pasado en una historia. Y de aquí la propuesta de Lacan en concebir el inconsciente Freudiano en historia, más no en desarrollo.

– Si la palabra hace efecto de verdad, y verdad relativizada al sujeto. ¿Cómo se entiende la idea de verdad en la psicosis?

– Entendiendo que la noción de verdad como algo inscrito en el cuerpo por medio de la letra.  Cómo pensar una inscripción de la manera más «adecuada» o «sana» en el sujeto de hoy día?

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