Relatoría viernes 29 de Marzo de 2013
Profesor Mario Elkin Ramírez
Texto construcciones en el análisis
Por: Andrés Herrera
La construcción es una de las labores de mayor complejidad implicadas en la tarea de un analista, Freud nos señala en este texto la importancia y necesariedad que tiene en el progreso del proceso analítico la construcción. Esta elaboración fue publicada por primera vez a finales de 1937 y de alguna manera responde a una crítica hacia el psicoanálisis (“Heads I Win, Tails you lose”) , y al problema de la verdad en juego en el ejercicio de interpretación y de indagación propios del método investigativo de Freud.
Freud nos dice: “El trabajo analítico aspira al paciente a que abandone sus represiones” represiones que tienen como efecto secundario la formación de síntomas, ideas inconscientes, sueños, actos fallidos y aun la transferencia es puesta en el lugar de consecuencia de la represión, la tarea del analizante es pues recordar y Freud nos pregunta ¿Cuál es la tarea del analista? Es sabido que la tarea del analista no puede ser la de recordar, por obvias razones solo puede hacerlo el analizante, pues bien la tarea que resta al analista es entonces la construcción o mejor dicho la reconstrucción, trabajo para el cual Freud se sirve del trabajo de investigación arqueológica como modelo de lo que es una construcción analítica.
Solo que a diferencia de la construcción arqueológica, la construcción analítica cuenta con mejores condiciones de realización y verificación, pues cuenta con el vivo “material de repetición indicado por la transferencia”, por otro lado, la construcción en la labor del arqueólogo constituye un fin, mientras que en el psicoanálisis es más bien una labor preliminar. Ambas modalidades de la construcción son problemáticas en la medida en que implican un uso relativo de lo imaginario, con lo cual cabe preguntar si ¿es de alguna manera la construcción maquina de imaginar? ¿Está la construcción al servicio del capricho del analista, al servicio de su fantasma?
Creo que lo que nos muestra Freud es de gran utilidad cuando señala la importancia que tiene la sanción del sujeto con un sí o con un no a la construcción que se le transmite, pues no todas son transmitidas al paciente todas las construcciones que se hacen y más allá del sí y del no que son ambiguos Freud busca al sujeto en su enunciación, pues el si puede estar al servicio de la resistencia, del no querer saber o por otro lado puede, afirma Freud “reconocer lo acertado de la construcción”, lo cual se da “ cuando produce recuerdos y asociaciones que amplían la construcción, las formas indirectas de confirmación”, ¿acaso no es esto el encadenamiento lógico de significantes, que en Lacan conocemos como discurso y cuyo efecto, lo que se desprende es precisamente el sujeto del inconsciente y con él el objeto que lo causa .
Para Freud es claro también que la construcción es una hipótesis que busca restablecer acontecimientos olvidados por el paciente diferente de la interpretación con la cual tiende a confundirse, tiene valor de supuesto, en caso de ser error no causa perjuicio alguno, y en caso de ser mentira puede incluso servir de anzuelo para cazar la verdad, la verdad de lo reprimido, la verdad del inconsciente en tanto transferencial, en términos lacanianos el fantasma.
La construcción como trabajo de la investigación clínica aporta, a mi modo de ver, un esfuerzo intelectual de gran valor para la investigación de problemas a partir de la aplicación del psicoanálisis, pues la construcción lejos de pertenecer de manera exclusiva al psicoanálisis o a la arqueología es una actividad común del espíritu investigativo, nos aporta la necesidad de la duda metódica en la construcción de nuestras hipótesis de trabajo, el principio de la contrastación, la importancia de reconocer los limites y alcances de nuestro saber,
Por último me parece importante la idea de pensar la construcción, como la relanza una pregunta de la clase, como una reducción a una metáfora, pues me parece que con ello se indica la construcción propiamente lacaniana que apuntaría no a la amplificación de la verdad histórica, sino a aquella construcción que Miller aborda en su curso “ el partenaire síntoma” como la operación que logra reducir en un sujeto el mínimo común denominador de sus repeticiones, de sus enunciados y convergencias, de sus evitaciones y por último de su real, con lo cual se marca un cercamiento del Goce imposible por medio de la contingencia y un final posible al análisis que para Freud era interminable.