Mario Elkin RamirezTextos Propios

Una reseña de Feminidades: Sacrificio y negociación en el tiempo de los derechos

By 11 mayo, 2014mayo 28th, 2021No Comments

feminidades Libro

Por: Gloria Luz Toro Ángel

Libro escrito por: Héctor Gallo, Ángela María Jaramillo Burgos, Rubén López, Mario Elkin Ramírez Ortiz

En esta lectura que realicé para el ejercicio que se me encomienda, no pierdo de vista los siguientes aspectos: los elementos cruciales del texto, lo que el texto enseña a un investigador, lo que enseña a un estudiante que esté en vías de formarse como investigador, lo que enseña a los psicoanalistas y lo que “puede hacer ver” a un lector común.Elementos cruciales del texto. Es un libro que está compuesto por introducción, 6 capítulos, conclusiones y un índice analítico.En la introducción los autores parten de una paradoja: si para las mujeres las condiciones políticas, sociales, legales y culturales se han transformado y se ha pasado por ello de la exclusión y el sometimiento al tiempo de los derechos, ¿por qué aumentan las mujeres maltratadas en las relaciones familiares y de pareja?

El presupuesto del que parten los legisladores es que una vez se decretaran los derechos, las mujeres harían uso inmediatamente de ellos. Pero lo que se constata en esta investigación es que no son suficientes esas innovaciones en la esfera legal y social, ni la independencia económica, ni los logros académicos y laborales en las mujeres para que se produzca una transformación subjetiva. Las mujeres no se disponen a servirse de lo legal para poner límite a la situación de maltrato, sometimiento o exclusión, sino que por el contrario se muestran resistentes.

Para los autores llama la atención un asunto que desde el punto de vista psicoanalítico tiene valor significante, un elemento común entre las mujeres que en la relación con el Otro asumen posición de madres, elemento que se expresa a través del siguiente dicho: “No merezco, no tengo derecho a nada”. Este elemento les anuncia que aquello que sirve precisamente de impedimento para que las mujeres se dispongan a servirse de los derechos que las abrigan, son ellas mismas; es la subjetividad la que se opone a la legalidad.

Los autores una vez se topan con esta paradoja y esta huella significante emprenden la pesquisa con cinco propósitos; se exponen algunos de ellos para mostrar las huellas que ellos van encontrando.

Poner en cuestión el credo de que lo legislado es garantía de que las mujeres asuman sus derechos. Develar los movimientos subjetivos que participan como obstáculo para que las mismas no se sirvan de las transformaciones que están a su favor. Mostrar que los movimientos que promueven los derechos de las mujeres, cuando se topan con la subjetividad, descuidan el saber cómo en las mujeres se articulan las lógicas subjetivas y sociales. Explicar por qué los imperativos que relacionaban a las mujeres con el sacrificio, el sometimiento y la sumisión en el pasado continúan vigentes a pesar de que asistimos al tiempo de los derechos.

Los autores construyen la siguiente pregunta: ¿qué elementos de la subjetividad impiden la producción de transformaciones íntimas, consonantes con las transformaciones sociales, conformadas por los movimientos de mujeres? Los autores no se inscribieron para responderla bajo el imperativo: que se produzcan las transformaciones buscaron comprender qué variantes se encuentran en la subjetividad de las mujeres para no se asuman como sujeto de derecho.

Las fuentes primarias de las que los autores se sirven son: textos teóricos del psicoanálisis y del feminismo, entrevistas a mujeres que han participado de movimientos feministas, discretas alusiones a casos, artículos publicados en revistas de amplia circulación en el país y de tres textos literarios:

  • Casa de muñecas de Henrik Ibsen
  • La señorita Elsa de Arthur Schnitzler
  • Madame Bovary de Gustave Flaubert

Los seis capítulos son:

1. Las mujeres, sus derechos y los obstáculos subjetivos
En este capítulo los autores presentan las explicaciones que desde la sociología, la psicología y el feminismo se han dado a las dificultades que las mujeres libran para asumirse y actuar como sujetos de derecho. Por ello está elaborado a modo de estado de la cuestión.

2. Sacrificio y desencanto en Casa de muñecas de Ibsen
Un personaje femenino que representa la dama burguesa del siglo XIX, de pronto comprende que para su marido no es más que una muñeca, una mascota graciosa y juguetona. Una vez aparece la comprensión, emprende una rebelión contra su esposo, un personaje masculino que andaba preocupado por cuidar su imagen ante los demás y que coloca el honor y la dignidad por encima de todo.

Una vez se rompe la relación, Nora, el personaje femenino, se lanza hacia una aventura que tiene como principio la ruptura con la posición de madre que había sostenido y tiene como finalidad la búsqueda de su propio ser femenino. Esta aventura subjetiva hace que Nora traslade los deberes y las culpas a un segundo plano ya no vive para complacer en todo a su esposo, para estar silenciosa, para ocuparse sin protestar de la familia; ahora piensa en si misma, antes que en el otro. Ella ya no quiere estar más a nombre del sacrificio, en nombre de otro que es su todo, sino de sus elecciones más particulares. Nora pasa del deber ser al deseo. Al caer los ideales, lo que se impone es un no saber; lo único que sabe es que tiene frente a la vida una opinión distinta que la de su esposo. Se lanza con ese no saber a la vida, sin más ataduras que las de su deseo.

3. La pregunta por la feminidad en La señorita Elsa
Elsa es una mujer que se ha propuesto salvar al padre. Toma sobre si la idea de salvar al padre de la cárcel si consigue a cualquier costo un dinero que él debe. A pesar de que Elsa sabe del manejo compulsivo que el padre tiene con el dinero, no puede tomar una decisión drástica. No puede decir, por ejemplo, “yo no tengo por qué pagar lo que no debo”.

Un día rompe con su posición sacrificial, pero no va hacia la aventura que Nora emprende de averiguar que desea y qué es una mujer, sino hacia la muerte; ella se suicida, después de realizar un fantasma de prostitución que le indica conseguir el dinero por esta vía.

4. Madame Bovary o la fatalidad de querer ser toda
Emma es una mujer que se empecina en la relación con el Otro, guiada por la idea de verse distinta a lo que en realidad es. Vive en un mundo de fantasías. Ella se cree una joya, cree que se casó con el hombre equivocado y, como consecuencia, él siempre está en deuda con ella, porque nunca puede satisfacerla.

Mientras que Nora decide sacrificar su ser en aras de complacer al marido y los hijos y de guardar a la familia, Emma es una mujer que se las arregla para verse insatisfecha y nada desea porque aquello que desea no existe, no hay con qué complacerla.

Tiene un modo de amar que consiste en darse toda a sus amantes pero pide a cambio ser toda y recibirlo todo. Emma no da todo a cambio de amor o reconocimiento, como es el caso de Nora y Elsa, ella da todo a cambio de todo. Y en espera del todo se encuentra con la frustración y con la muerte.

5. Entre el sacrifico y la negociación
Se hacen unas entrevistas a algunas mujeres, sin perder de vista la siguiente pregunta: ¿por qué en el tiempo de las conquistas femeninas y del discurso de los derechos, las mujeres se conducen en su vida y en las relaciones de pareja como si no tuvieran derecho al derecho?

Los autores encuentran que el sacrificio, una de las categorías emergentes, es representado por las mujeres como sometimiento, disciplina y una renuncia de sí mismas; igualmente hallan que con dicho sacrificio las mujeres generan una deuda en el otro que después no hay con qué pagar. Significa privarse de algo, ofrecérsela a otro para salvarlo y protegerlo.

Lo autores descubren que la negociación es relacionada por las mujeres como uno de los modos que ellas encuentran para desatarse de la posición de sometimiento, exclusión y tiranía a que están sujetas. Negociar, apuntan los autores, se opone al sacrificio porque implica regirse por un contrato en igualdad de condiciones y bajo la premisa de un reconocimiento recíproco, como sujetos de pleno derecho que comparten deberes, fijan límites y definen libertades. Las negociaciones no garantizan que no haya sometimiento, pero sí se ponen como dique ante la tiranía del otro.

En este sentido, los autores señalan que en las entrevistadas aparecen dos posiciones respecto a las negociaciones, algunas mujeres las ven como una oportunidad de paridad y otras como algo a lo que no se autorizan subjetivamente.

El sacrificio, por su parte, representa sometimiento, disciplina, renuncia de si misma y también es una forma de generar en el otro una deuda, que después no hay con qué pagar. Significa privarse de algo, ofrecérsela a otro para salvarlo y protegerlo.

6. El costo del deseo y el horizonte de la conquista
Costo es otra de las categorías de análisis que surgió de la investigación. No alude a lo monetario, sino al precio que se paga por hacer valer lo que se quiere ante el otro. El costo no evoca el sacrificio del deseo, sino el pago de sí mismo para hacerlo valer.

Sobre lo que del texto enseña al investigador, al estudiante en vía de formarse como investigador, a los psicoanalistas y al lector común
Antes de comenzar a desplegar las ideas pesquisadas en torno a estos elementos, es necesario señalar que una investigación que cuente con el psicoanálisis, implica un modo de proceder cuyo fundamento son los principios psicoanalíticos. Principios que en SÍ mismos se desprenden de sus conceptos, mismos que no se llevan al fenómeno sino que se despejan por el fenómeno. Tal cual nos muestran los autores del libro que hoy presento, se trata de poner a prueba el concepto despejado por el fenómeno, con el propósito de observar sus rendimientos, sus límites y posibilidades, para comprender un rasgo del fenómeno que no se había situado hasta el momento.

Los conceptos que los autores despejan en la investigación, al igual que las categorías, no son preestablecidos los primeros y los segundos, fueron apareciendo lógicamente, y esta emergencia fue marcando un camino que no se había pensado con antelación, que no hizo parte de una búsqueda para dar respuesta a la pregunta propuesta. Se trató de un encuentro con algo de lo real del fenómeno, que hasta ahora no se había expuesto a la luz, contando con conceptos psicoanalíticos.

Lo que enseña a un investigador
Es el saldo que deja lo político, lo social y lo jurídico lo que interesa a una investigación que cuente con el psicoanálisis. Ese saldo tiene valor significante precisamente porque pone al descubierto lo que los discursos sociales descuidan, a saber, ese: No todo, no todos, no todas, no siempre, no para todos que promueven estos discursos. Ese saldo es el descuido y lo que se descuida es la subjetividad que se pretende reducir en el “bueno para todos”.Subjetividad que se excluye de un solo brochazo, pero que al mismo tiempo se cuela cada vez que paradojas como las que nos presentan los autores del libro, se exponen a los ojos de los investigadores que, como ellos, no suelen ir tras las huellas, sino que además de resistir esta tentación se disponen a un encuentro con algo de lo real que permanece velado.

Una vez aparece un rasgo del fenómeno, que en este caso es “no merezco nada, no tengo derecho”, el concepto no se lleva al fenómeno para comprenderlo; el concepto aparece en el discurso de las entrevistadas o en los descuidos de los autores, o en los personajes que los literatos crean para recrear los avatares e impases a los que se ven abdicados los sujetos en cada época.

Si una investigación que se emprenda tiene como propósito dar soluciones o desaparecer el fenómeno, no es una investigación que se oriente bajo los principios psicoanalíticos. Los autores nos muestran que esto no es lo que los anima, los pone en disposición de trabajo, una pregunta que no descuidan, unos principios de los que se sirven y unos conceptos que van apareciendo lógicamente en las fuentes revisadas.

Tanto los textos escritos, como las entrevistas o los significantes que aparecen en la clínica como tal, han de ser tratados, leídos, analizados sin descuidar dos elementos: no es posible acercarse a la comprensión del fenómeno si el investigador, ante la emergencia de un rasgo, una huella significante que para el caso es “no tengo derecho”, ofrece una conclusión presurosa y se lanza rápidamente a explicar el fenómeno. Se espera que el investigador ante el rasgo lo deje decir, deje que diga él mismo lo que tenga que decir, sin prejuicios, sin cálculos. Los investigadores de este libro dejan hablar a las fuentes y van tejiendo los hilos significantes, teniendo en cuenta lo que se repite en las fuentes, lo que se descuida en las mismas, lo que se dice a pesar del sujeto, lo que aparece como queja y lo que florece en su envés.

Igualmente no puede olvidar que el rasgo del fenómeno o huella significante, tal cual se presenta en la experiencia, quiere decir siempre otra cosa. Los investigadores se encuentran con una mujer sacrificada. En la superficie lo que aparece es que entrega todo su amor a cambio de nada. No parece necesitar retribución; pero lo que florece en el envés de esta entrega incondicional es una queja, una deuda imposible de pagar, un ideal materno que pesa, la nostalgia por lo que no se pudo hacer o el desamor del marido y de los hijos; envés que finalmente representa el secreto que guarda la mujer que se sacrifica y del que no tiene noticias inconcientes, que se puede representar en la siguiente frase: “No me sacrifico por nada, entregando mi vida, espero una recompensa, el amor, el reconocimiento, en definitiva ser amada por mi sacrificio”. Este es el envés que se encuentran los autores.

Lo que enseña el texto a los psicoanalistas
En este apartado se muestran las ideas principales que en torno a las categorías emergentes se aíslan para esta presentación. A partir de ellas se proponen unas preguntas que pueden mostrar nuevas vías para la investigación.

Primera conclusión
Detrás del sacrifico de una madre abnegada que lo entrega todo, que renuncia a la satisfacción personal, hay un sujeto que espera una recompensa del otro. Recompensa que está anudada al reconocimiento, al amor y la aceptación. Recompensa que no siempre se recibe.

En este sentido propongo una pregunta: ¿qué resortes subjetivos participan del lado de la mujer sacrificada cuando la recompensa sí se recibe? Es decir, qué opera del lado de ella para que, contrario de recibir desamor y desprecio, se reciba el amor y el reconocimiento que espera por su sacrificio.

Segunda conclusión
Dedicarse a algo externo a la familia significa faltar al deber ser materno, pero estar en paz con ese deber ser supone enfrentarse al hecho de quedar en falta con las aspiraciones externas al deber familiar. Cuando por esta vía se llega a una sin salida, el precio subjetivo que se paga es la insatisfacción, el tedio, el malhumor, la angustia y la depresión.

Algunas mujeres de nuestro tiempo, tiempo de derechos, sacrifican todas sus aspiraciones por conservar los ideales de familia que tienen, pero en ellas no aparece una protesta subjetiva a pesar de no recibir una recompensa. Se propone como interrogante: ¿cómo participan los ideales maternos en las mujeres que no protestan por un sacrificio sin recompensa?

Tercera conclusión
Los autores proponen que algunas mujeres se sirven de los derechos para poner límite a la situación de sometimiento o exclusión que viven, pero una vez interponen la demanda y es señalado el imputado, la retiran.

En este sentido se propone la siguiente pregunta: ¿qué de la subjetividad de la mujer le hace retroceder en su tentativa de hacer valer un derecho? ¿Cómo se vincula ese retroceder subjetivo con la culpa y los ideales maternos?

Si el sacrificio es un modo de de seducción del que echa mano la mujer que se vincula con el otro desde una posición de madre, ¿qué de la subjetividad de la mujer se ponen al servicio de la seducción materna?

Cuarta conclusión
Los autores, retomando a Lacan, muestran que para el sujeto femenino es más difícil hacer semblante. Por ejemplo –dicen– lo más problemático de la posición sacrificial –tal como se constata cuando se asume una posición de esclavo– no parece constituir un semblante, sino una mascarada. El sujeto femenino no hace las veces de sacrificada, sino que literalmente lo es.

Desde lo anterior se propone una vía para la investigación: ¿qué mecanismos psíquicos participan para que algunas mujeres hagan semblante de sacrificadas?

Quinta conclusión
Los autores proponen una relación entre sacrificio y esclavitud, retomando el texto de Hegel La fenomenología del espíritu.

En este sentido, si esclavitud y sacrificio son directamente proporcionales, ¿qué de la subjetividad de la mujer participa para que la elección no siempre sea buscar su ser de mujer, sino el sacrificio por el sacrificio o la muerte?

Lo que enseña a un estudiante en vía de formarse como investigador
Iniciarse como investigador implica una renuncia, a saber, pretender que el discurso “bueno para todos” es certeza y garantía. En este sentido, el bueno para todos es la premisa que hay que abandonar para que lo inédito, lo que no se ha visto, lo que no se ha explicado o lo que se descuida del fenómeno, aparezca. Los autores construyen un estado del arte no con la intención de descalificar a los autores; lo realizan con el propósito de mostrar cómo dichos autores explican las dificultades que viven las mujeres para actuar y considerarse subjetivamente como sujetos de derechos, sin perder de vista los descuidos, lo que no explican, lo que intentan explicar o lo que comienzan a ver y abandonan al paso.

Ir tras la búsqueda de algo nos asegura hallar algo que de antemano estábamos buscando. Encontrar, tal cual se propone en una investigación que cuente con el psicoanálisis, permite que el investigador se tope con algo de la verdad del fenómeno que no había presentido, preestablecido o premeditado ver.

Cuando se inicia la investigación, el estudiante ha de tener una formación conceptual, por dos razones, una, porque le permite construir unos principios que lo orientarán en la lectura de las fuentes, en lo metodológico, en las conclusiones y en la escritura como tal y p, partir de unos principios, que son su norte y dos, porque si cuenta con esta base conceptual, puede ir despejando el concepto que se parezca a lo que vaya hallando en el fenómeno, sin forzamientos.

Cuando se comienza una investigación conviene que echemos mano a una cierta ignorancia sobre la pregunta que hemos propuesto. No se propone una ignorancia en la que el sujeto no sabe nada o lo sabe todo; se propone una posición de ignorancia docta, en el sentido socrático que le permita al investigador que se inicia, conducirse mientras lee las fuentes en posición de no saber más que aquello que el fenómeno le va mostrando.

Para realizar las entrevistas, en cuando ellas implican el encuentro con el sujeto que amablemente se dispone a ofrecernos su verdad más íntima, es necesario tener muy claro el concepto de sujeto del inconsciente; porque si bien lo que el sujeto dice sobre sí mismo nos interesa, en tanto son las representaciones que nos ofrecen sobre la pregunta que nos orienta, es aquello que no dicen bien, que dicen a medias, que no dicen o que dicen a su pesar, lo que realmente confiesa un envés antes no visto, una verdad de la cual, aunque no se tengan noticias de manera consciente, es una verdad que por ser ofrecida por el entrevistado es suya, le pertenece, es lo que no sabe y al mismo tiempo lo que sabe.

En este sentido, los autores escuchan que las mujeres entrevistadas dicen estar felices por sacrificarse por la familia y el marido, pero como las escucharon contando con el concepto de sujeto del inconsciente, mientras hablaban de su sacrificio se toparon con un discurso que revela a los autores ciertos sentimientos de rabia, insatisfacción, fracaso, tristeza y desilusión, mientras hacían esta entrega sin aparente necesidad de retribución. Si se entrega todo por amor, la lógica cotidiana nos enseñaría que nada se quiere recibir, pero lo que se constata en esta investigación, contando con la lógica que proponen los principios psicoanalíticos, es que son los sentimientos que aparecen por el sacrificio, lo que revela que nadie se sacrifica por nada y siempre espera algo que está relacionado con el amor y el reconocimiento.

Lo que enseña a un lector común
Si lo legal no es suficiente para que las mujeres detengan una situación de maltrato, exclusión y sometimiento a que están sujetas, y la ley autoriza a los más cercanos a denunciar, lo que ellas insiste en callar y resistir, entonces ello nos indica que algo de la subjetividad de lo que es la mujer, que no es masoquismo, le impide considerar posible el buen trato para ella.

Si en la cotidianidad pueden observarse mujeres que se inscriben en la lógica del sacrificio, casi nada puede lograrse en el sentido de movimientos subjetivos importantes que las orienten a modos de negociación en los que consigan los mismos derechos, si nos dedicamos a aconsejarlas o recomendarles lo que deben hacer. Conviene servirse de su queja para ayudarle a ver cuál es su parte en el maltrato que dice padecer. Cuando el sujeto puede localizar su responsabilidad en lo que le ocurre y puede correrse un poquito del lugar de víctima en el que se instala, ya ha comenzado por ello el tiempo de mirar, comprender y concluir.

Puedo decir, a modo de conclusión, que recomiendo la lectura del libro por dos razones: porque los autores renunciaron a la posición de erudición que sabemos no comunica sino que borra a quien se dispone a leer y decidieron una posición en la cual van llevando al lector por el fenómeno, sin abandonar los principios psicoanalíticos, sin olvidar al lector que se inicia en el discurso psicoanalítico y sin desatender el deseo de aquellos que han insistido en saber sobre el psicoanálisis hace un buen tiempo. Recomiendo su lectura porque el libro se parece a una de esas conversaciones en las que el que entra no es el que sale, es decir, se parece a una de esas conversaciones de las que uno sale indudablemente distinto.

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