Según sociólogo y filósofo colombiano Los gobiernos son cómplices de la maquinaria de la sociedad de consumo
En su visita a esta capital, el sociólogo y filósofo colombiano, Mario Elkin Ramírez analizó el fenómeno actual de la hipermodernidad y en ese marco el adicto, un sujeto sin subjetividad y por excelencia gran consumidor no sólo se droga. Según el especialista «los gobierno son cómplices de toda esta maquinaria». A su vez convocó a los intelectuales para la construcción de una ética «que haga resistencia a la maquinaria del mercado» cuyos límites fueron borrados.
El viernes y sábado pasado, Ramírez visitó esta Provincia invitado por el Instituto Oscar Masotta para brindar una conferencia con una mirada psicoanalítica sobre las adicciones en la hipermodernidad. La charla se desarrolló en la Biblioteca Mariano Moreno con la presencia de una numerosa concurrencia de público.
En diálogo con EL INDEPENDIENTE, el especialista se refirió al fenómeno hipermoderno y como repercute en las personas generando adicciones no sólo a las drogas sino a internet, al casino, a las compra y a todo lo que procura el mercado. Asimismo, se explayó sobre el rol del Estado y el aporte que desde el psicoanálisis se realiza ante el complejo panorama actual.
HIPERMODERNIDAD
Antes de ahondar en lo que se entiende por adicciones en la hipermodernidad, Ramírez quiso dejar en claro el fenómeno actual denominado hipermodernidad. Explicó que se trata de un término de la sociología moderna, principalmente introducido por el filósofo y sociólogo francés, Gilles Lipovesky, que refiere a una serie de características de las sociedades modernas, «en la que la sociedad en la cual nosotros vivimos, estuvo instalada en principio en la modernidad».
«La modernidad viene a partir del desarrollo de la ciencia, a partir del desarrollo del capitalismo y encarnando unos ciertos ideales de la Revolución Francesa, como el instrumento a partir del cual se iba a lograr el progreso de la sociedad con valores como la democracia, la igualdad, la fraternidad», señaló el sociólogo y filósofo colombiano.
Y agregó que luego «nos fuimos encontrando con una paradoja, y es que la ciencia borra al sujeto. Lo que le interesa a la ciencia son las leyes, son los axiomas y postulados universales. ¿Y si eso es lo universal? lo que interesa, lo subjetivo, lo singular desaparece.
Claro, es gracias a ese borramiento de la subjetividad que después el psicoanálisis viene para recuperarla».
BORRAMIENTO DE LíMITES
Pero además de la ciencia hay otro elemento, el capitalismo, «que borra ya no al sujeto, eso lo borró la ciencia, sino que borra lo que nosotros llamamos la castración, es decir el límite. Por ejemplo, la gran crisis mundial en la que estamos en este momento es debido a que el capitalismo neoliberal hacía funcionar el mercado sin leyes que lo regulara. Eso produjo una máquina que ya no era controlada ni por los estados, ni por las multinacionales, menos por las leyes de un lugar a otro, sino una máquina que funcionaba sola y que recicla todo lo que produce. Todo lo que entra ahí se recicla, se vuelve una mercancía, algo que tiene valor de uso, de cambio, incluyendo los seres humanos».
Según expuso Ramírez, esa característica hace que «se borre el límite, que todo parezca posible para el mercado. Esa combinación de capitalismo de confianza en el progreso de la razón y de la ciencia es lo que se llama la hipermodernidad». Esto, luego de la posmodernidad «que fue un momento donde se agotaban todos los discursos en los que confiábamos como las grandes utopías que iban a salvar la humanidad, el socialismo, el comunismo e incluso el capitalismo como una forma de obtener el progreso, de obtener el bienestar en la tierra. Pero eso provocó segregación, miseria, distribución de la riqueza inequitativa, campos de concentración, violencias, guerras, etc, etc, que es la actualidad».
CALLEJóN SIN SALIDA
Por ello el psicoanalista indicó que la hipermodernidad «es el estado actual de las cosas que en fondo lo que pretende es recuperar ciertas cosas de la modernidad como acabadas, como terminadas. A partir de este marco se llega a las adicciones».
«El adicto es por excelencia el gran consumidor. No solamente hay adicciones a las drogas, hay adicciones a la internet, al casino, al alcohol, a comprar, al juego. Todo eso lo procura el mercado, porque se venden las cosas, un poco se promocionan con la esperanza de la felicidad», como que se «va ha encontrar la felicidad en el último auto, en el último teléfono celular. Siempre hay una promesa de que se llenará un vacío que es imposible de llenar», graficó Mario Ramírez.
A la vez que añadió: «Ahí es que llegamos a un callejón sin salida y, el adicto es el consumidor por excelencia porque a el ya no le interesa la relación familiar, la relación amorosa, la relación social. Le interesa la relación que tiene con ese objeto que ademàs es una mercancía».
Ramírez consideró que este panorama en el futuro cada vez será más complejo. «Ahora hay una crisis mundial de los mercados, los estados comienzan a intervenir, pero no es una intervención para salvar lo social, para que haya una distribución de la riqueza más justa sino para salvar el capitalismo, la misma máquina»
«GOBIERNOS CóMPLICES»
Para el prestigioso psicoanalista, «los gobiernos son cómplices de toda esta maquinaria. Se lucra a nivel personal porque las políticas sociales en general, en Europa, en Estados Unidos, en Amércia, también en Asia, lo que hacen es ahondar cada vez más la brecha entre los pobres y los ricos, la distribución desigual de las riquezas.
Ya ha caído la gran utopía de la igualdad, de la distribución equitativa de la satisfacciones; se sigue sosteniendo la democracia, pero entre los peores es lo mejor, es el menos peor».
Ante esta realidad el psicoanálisis como método de investigación «puede esclarecer con sus conceptos una parte de este funcionamiento, ser una voz más en el diálogo interdisciplinario junto con la sociología, el derecho, la filosofía, el trabajo social, la jurisprudencia, la política para poder elucidar la sociedad contemporánea y por ahí mirar qué otras salidas son posibles y que se hayan enseñando y que evidentemente hayan fracasado».
SUBJETIVIDAD Y éTICA
Una alternativa presentada por el especialista colombiano para hacer frente al complejo panorama es a partir de «la emergencia de nuevo de la subjetividad porque, está borrada por la ciencia, está borrada por el mercado. Entonces, volver a que emerja la subjetividad no es una nueva utopía que estamos vendiendo; en la clínica del uno por uno aparece esa subjetividad. Y a nivel social se puede esclarecer señalando los puntos donde esa subjetividad quiere aparecer y no se deja; es decir participando en la construcción social, en el esclarecimiento social de todos los fenómenos contemporáneos».
Y una forma de empezar «es que de cada lugar que uno ocupa en la sociedad podría pensar lo que hay de subjetivo, del sujeto, de la persona, de lo humano en juego», a la vez que llamó a construcción de una «dimensión ética que es precisamente lo que el mercado no tiene en cuenta, porque cuando se trata de negocios no hay ética», afirmó Mario Ramírez.
Y concluyó su diálogo haciendo parte «a los intelectuales del grupo de las ciencias humanas, que pensamos que podría construirse una ética que no es una moral, una ética que esclarezca y en cierto modo haga la resistencia a la maquinaria del mercado, del aplastamiento del sujeto en nivel general».
