Relatoría  de la clase del viernes 24 de mayo de 2013

Profesor: Mario Elkin Ramírez

Relator: Cristhian Andrés Bello García

RELATORÍA del JUNIO 12 DE 2013

Se empieza la clase con la relatoría correspondiente a la clase inmediatamente anterior a cargo del compañero Johan. La exposición correspondiente a la clase es «Malestar en la cultura» proponiendo la idea de la pareja como núcleo del eros, y con ello una idea en la que el amor existente en esa pareja es suficiente, es decir, el uno encuentra plenitud en el otro y no necesitan de terceros como los hijos.

Por demás se evidencia a la cultura como un limitante de la sexualidad mediante códigos morales como lo son: 1. Amaras a tu prójimo como a ti mismo, porque se me parece y puedo amarme a mi mismo en el otro.

2. Ama a tus enemigos, como una tentación para satisfacer la agresividad. Entonces ese límite moral se podría resumir finalmente como una formación en donde desde la cuna se nos educa para amar a unos y odiar a otros.
A continuación otra compañera continúa el capítulo 8 en el cual se nos expone el sentimiento de culpa.

En el individuo y la cultura tienen un desarrollo directamente proporcional; lo evidenciamos mediante Jesucristo como un ejemplo del superyó instituido en la cultura y la ética como una administradora de los sentimientos del individuo y la cultura. Sin embargo se levanta una crítica ya que la religión no ha tenido en cuenta la condición psicológica del individuo, es decir, no todos los individuos están en condición de amar al prójimo y mucho menos al enemigo.

Ahora, entrando directamente de regreso en el banquete de Platón con la intervención de Aristófanes.

Aristófanes plantea que si entendiéramos más a Eros tendríamos más altares en su honor; a partir de ello, empieza a desmenuzar lo que para él es el origen del hombre explicando a los seres humanos como descendientes de los astros y por consiguiente redondos de igual forma, con cuatro piernas, cuatro brazos y dos rostros cada uno; entre los seres humanos comenta la existencia no sólo de dos sexos sino de tres que eran los hombre (dos mitades masculinas), las mujeres (dos mitades femeninas), y el género andrógino (hombremujer).

En su discurso dice que ya que los dioses dividieron a los humanos en dos partes iguales, el amor es aquella necesidad de buscar a nuestro otro igual y con ello muestra al género andrógino como lo que constituye la heterosexualidad, al hombre (dos mitades hombre) quien prefiere obviamente a los varones como valiente porque es quien muestra virilidad en la política según lo plantea Aristófanes, poniendo por otro lado a la mujer que es sección de mujer como algo más bien vulgar y hasta vergonzoso por preferir a las mujeres.

En fin Aristófanes plantea el amor verdadero como la consecución del par (parecido) y en las relaciones por mera reproducción muestra una ausencia de esa mitad.

Avanzada ya la introducción a cargo de los compañeros expositores el profesor nos introduce en tres aspectos fundamentales como lo son:

1. La pareja. Mostrándose en dos puntos de esa pareja como ideal; la pareja como refugio de la felicidad y el aspecto del amor mediante el cual existe una separación de otros núcleos como lo son el familiar y el de las amistades por ejemplo.

Esto bajo la premisa de que quiere verse el amor como una isla en especial por parte de la mujer sujeta a una dimensión libidinal de cuidar la unidad (la pareja, las relaciones familiares, etc.), mientras que el hombre siempre quiere estar fuera por así decirlo coloquialmente, construyendo cultura y siendo adolescente con sus semejantes.

Sin embargo, Freud plantea una predisposición bisexual del ser y por tanto se habla de hombre y mujer de manera figurativa más que real en cuanto a lo biológico y se enfoca más en la posición que toma el individuo frente a su objeto de elección.

2. En 1923 Freud escribe “El yo y el ello”. El profesor nos guía en lo que es la concepción superyoica del individuo como un policía o guardián de la moral interiorizada. Se nos introduce en el enfoque de “amar al prójimo como a sí mismo” como esa misma concepción superyoica instituida por Constantino al convertir el cristianismo en una religión de estado.

El profesor profundiza en la función del superyó sometido a la idea de que algo nos hace falta, y empujando al goce para luego tiranizar y castigar al individuo, mostrando así su dimensión feroz.

Se explica que en el fundamento de la culpa nunca se encuentra una satisfacción y bajo ese principio se da funcionalidad a la institución de la religión.

El profesor regresa directamente sobre la concepción de “amar al prójimo como a sí mismo” y entra a exponer que como ya evidenciamos en clases anteriores al ser que mas queremos es a nosotros mismos por lo que es nuestra elección narcisista de objeto.

El profesor decidió profundizar en la diferencia entre la concepción judaísta de la justicia versus una formación cristiana que predica la caridad en su lugar.

Vimos las particularidades de la caridad en la que se le niega la palabra al otro (manifestando una humillación ya que no se averigua la verdadera necesidad del otro), la caridad que da de lo que le sobra y no de lo que le hace falta al otro y por demás la caridad pone al otro en posición de deuda frente al que da. La caridad se nos evidencia como un valor religioso entonces, mientras que la solidaridad y la justicia son valores civiles. Ayudar sin mirar a quién y sin esperar recompensas por ello.

Por otro lado una compañera nos plantea el amor al otro como lo que es el respeto por la vida, pero el profesor nos plantea el texto de Freud de 1920 en el que se introduce el principio de la pulsión de muerte (más allá del principio de placer), en el
que se evidencia la tendencia suicida presente en todos o como el mismo Freud lo dice: “la vida no es más que un rodeo hacia la muerte”.

En torno a esto la clase entra en participación y aparecen puntos de vista en los que se presenta la monotonía como una salida segura a la pulsión de muerte, sin embargo también se podría ver esta como parte de esa pulsión.
Luego el profesor profundiza en ver la muerte como algo irrepresentable y tal vez a la castración como lo más cercano a la muerte, y a modo de contraejemplo vemos la forma en cómo nos conducimos como si fuéramos eternos planeando para el futuro.
Se nos recomienda “lo perecedero” de Freud y se llega a una conclusión en la que se muestra la ambivalencia de amorodio y su posible relación con algo que yo entendería como “me mato y mato al otro como a mí”.

3. ¿Qué es el prójimo? Entonces el profesor nos ilustra en un prójimo como colaborador, es decir el que labora hombro a hombro conmigo, pero sin embargo aparece el que se apropia de la plusvalía y convierte a su colaborador en siervo y esclavo.
Un prójimo como objeto de amor y deseo sexual o cuando es convertido en simple instrumento de goce y aparece la servidumbre sexual.

Un prójimo como ideal para la constitución del yo. Y finalmente un prójimo como enemigo y perseguidor que busca apropiarse de mi bien, o mejor, aquel enemigo que realmente encarna lo peor de mí.

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