Relatoría sobre el tercer principio clínico, trabajado en clase el día 17 de Enero de 2014.

Profesor: Mario Elkin Ramírez

Estudiante: Luz Amparo Mantilla

Este principio se explica en Psicoanálisis introduciendo el concepto de inconsciente como una dimensión donde existen sucesos significativos  que de alguna manera han afectado el acontecer psíquico  del ser humano y es a través de la terapia psicoanalítica donde se escenifica  dicho contenido, que de alguna manera ya ha sido manifestado a través del chiste, los sueños, las equivocaciones al hablar, los actos fallidos etc,  y que se producen como lo ilustró el Profesor Mario Elkin en la vía de sentidos ocultos  que  generalmente están ligados  a pulsiones inconscientes generadoras  del malestar humano.

En tal sentido y siguiendo por la misma vía, para comprender el concepto de pulsión inconsciente, es necesario referirnos a la transformación que se ha dado en la vida humana con relación al instinto donde a través del lenguaje se ha dado lugar a lo que en Psicoanálisis se conoce como pulsión  pensada por Freud desde la teoría del instinto,  donde Freud descubre que al igual que en el instinto propia de los animales, en la pulsión  también existe una zona erógena,  y lo que nos diferencia a los seres humanos de los animales es el lenguaje. En tal sentido Freud   definió a la pulsión  como  “algo que tiene cuatro elementos” una fuente corporal o lo que Freud denominó zonas erógenas que pueden ser la boca, el ano, el oído, la piel etc. El segundo elemento Freud  lo denominó como el empuje que busca la satisfacción y los otros elementos son el fin (La satisfacción) y el objeto.

Ahora bien, para entramar el objeto de la pulsión con el fantasma como se evidencia en el tercer principio, el profesor Mario Elkin Ramirez explica el presupuesto freudiano frente a la teoría de la pulsión indicando que Instinto + lenguaje = pulsión, es decir el lenguaje transforma el instinto en pulsión lo que significaría que  a más lenguaje menos instinto.

En ese orden de ideas, en clase se desencadena un eslabón  frente a los objetos pulsionales iniciando con el objeto oral para el cual es pertinente reflexionar frente a los comportamientos del niño para quien su  primer objeto de amor no es su madre sino el seno donde la madre pasará a ser una prolongación del mismo.  Posteriormente a través de la pulsión social se separa a ese ser pulsional del objeto lo que Lacan llama como destete.

Se identifica también el objeto anal representado a través de las heces o excrementos y al igual que en el objeto oral genera satisfacción en el individuo. Posteriormente Donald Lincon nos presenta otro objeto pulsional llamado el objeto transicional el cual como su nombre lo indica representa una transición entre la madre y otro objeto.

Se ha referido en esta relatoría a la relación que existe entre el individuo  con el objeto lo que en Psicoanálisis se llama fantasma o la fantasía, relación que se muestra en escena frente al analista en el tratamiento psicoanalítico, también es importante aclarar que la pulsión hace que el sujeto establezca una relación con el objeto perdido y que esa relación se tienda a recuperar, dicha recuperación del objeto es a lo que se refiere en el tercer principio que funda la trasferencia en donde el papel que juega el analizante es transferir al analista sentimientos de amor u odio.

En conclusión, en este tercer principio se clarifica como objetivo del tratamiento psicoanalítico el reencontrar el objeto perdido y no solo es cuestión de descifrar síntomas.

Video de enlace: El manejo de la transferencia

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